La iglesia de Santa Gertrudis celebró ayer, por vigesimoquinto año, su ya tradicional misa de Navidad con caramelles. Uas cincuenta personas acudieron al templo y tuvieron la oportunidad de vivir, como cada Pascua, este momento tan particular.
El grupo está formado por tres personas que, durante un cuarto de siglo, han estado amenizando una misa que cambia el discurso del sacerdote posterior a la homilía por unos agradables cantos en catalán antiguo que versan sobre el Nuevo Testamento.
Uno de los integrantes, que lleva 23 años ya formando parte de esta liturgia, explicó que los caramelles son «un canto típico de hace muchos años» que cuenta la historia de Jesucristo cuando era perseguido y se tuvo que refugiar y escapar del Imperio Romano.
El recital constó de tres partes. La primera, formada por siete estrofas, la llaman sa cremallera. A continuación llega el turno de un cambio de ritmo y los gotxos, o versos que se cantan redoblados. Por último, se despide con el oferiment, que es una especie de pequeña despedida del villancico ibicenco. Se basa en una estrofa con diferente ritmo, acabando con una repicada de castanyolas.
Los instrumentos que se usaron para este pequeño concierto –sustitutivo de la homilía en el día de Navidad– fueron una flauta, unas castanyoles y el espasí, que es una imitación de una espada metálica que va al ritmo del tambor y sigue así el sonido de la percusión.
En este sentido, cabe explicar que el tambor y la flauta ejercen como tales y quien los toca no canta, sino que sólo marca el ritmo. Luego, quien toca las castanyoles canta una estrofa y el encargado del espasí, la siguiente.
Recorte de la duración
Los integrantes del terceto explicaron que no podían interpretar el repertorio entero, pues, si así sucediera, duraría todo entre 45 y 50 minutos, así que se recorta «un poquito», a la mitad aproximadamente, para evitar «que la gente se quede dormida y así no sea tan pesado». Los tres son componentes del grupo de baile payés de Santa Gertrudis y cantan, bailan y tocan instrumentos. Ninguno de ellos quiso despedirse sin desear «una feliz Navidad a todo el mundo».
Las caramelles son una tradición cultural que ha pasado de forma oral de padres a hijos en las islas de Ibiza y Formentera y que fueron declaradas Bien de Interés Cultural en el año 2005, pues son la expresión más antigua del cancionero pitiuso, con más de cinco siglos de antigüedad. Este tipo de canto, que también se interpreta en otros lugares de la isla como Xacoters de sa Torre, sa Colla des Puig de Missa y la Colla de l'Horta de Jesús, es, sin duda, la muestra más antigua del cancionero tradicional religioso de las Pitiusas.