José Ramón Ponce | IBIZA
El CEPA Pitiüses mostró a Periódico de Ibiza y Formentera el estado de sus instalaciones, que han venido criticando durante los últimos tiempos. Recordemos que el claustro emitió un comunicado el pasado día 12 de diciembre ante la ausencia de acciones por parte del Ayuntamiento de Eivissa, que además quiere ubicar el centro de primera acogida en el mismo recinto de Sa Bodega.
A grandes rasgos, podemos decir que, según los integrantes del CEPA, hay tres elementos que necesitan una mejora lo antes posible. Así, por un lado, tenemos el suelo, donde faltan rampas para minusválidos en la entrada de cada clase. A continuación, también lamentaron el estado del techo de uralita que recubre los pasillos del centro, ya que está abombado, oxidado y, según se puede observar por los agujeros que lo recorren, deja filtrar el agua.
Por último, lo que más enfado produce en el CEPA son los cuartos de baño, que están «bastante mal», según dijeron, porque no se han reformado en años a pesar de que el centro era anteriormente a un colegio. Por ello, las estancias con los váteres están pensadas para niños y difícilmente cabe una persona adulta. De la misma manera, han tenido que tapar las letrinas porque goteaban y se atascaban, con la consiguiente generación de olores y otros episodios desagradables. En el cuarto de baño de mujeres, de hecho, ni siquiera había un lavabo, por lo que tuvieron que quitar uno de los habitáculos con váter e instalarlo allí, pero queda un espacio tan estrecho que apenas cabe una persona adulta. Cabe añadir que las puertas correderas de cada reservado muestran un estado, cuanto menos, deficiente.
Además, desde el CEPA solicitaron, si fuera posible, un ascensor para que las personas mayores puedan subir a las aulas del primer piso, donde se encuentran, por ejemplo, la biblioteca y la sala de informática.
El comunicado del día 12
Cabe recordar que, el pasado día 12 de diciembre, el claustro del CEPA Pituüses emitió un comunicado en el que, si bien se mostraban solidarios con la problemática de las personas que debían ser acogidas en primera instancia, reclamaban su propio espacio para poder llevar a cabo las actividades previstas en el lugar. En este sentido, recuerdan, desde hace dos años han cedido el gimnasio para atender a las personas necesitadas. Además, reclamaban un convenio de colaboración entre la Conselleria d'Educació y el Ayuntamiento d'Eivissa con el objetivo de delimitar las competencias de cada una, y también lamentaban que nadie hubiera contado con ellos en la decisión de trasladar a Sa Bodega el centro de acogida de primera instancia. El CEPA Pitüses arguyó entonces que atendían a un alumnado que aumenta cada año, con una previsión para este curso de 700 personas matriculadas solamente en Ibiza. De esta forma, se puede considerar CEPA Pitiüses como el centro de referencia para la educación de personas adultas en las Pitiüsas.
Por tanto, lo que el CEPA demandaba era mantener el centro educativo dentro del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) y que se previera otra posibilidad más adecuada para llevar a cabo el proyecto del Ayuntamiento para la acogidas en primera instancia, de forma que no se perjuidicaran las actividades que en el CEIP Sa Bodga se están llevando a cabo.
Los afectados subrayaron entonces que se trataba de unas instalaciones de carácter educativo y que su objetivo es poder crecer, algo que ven poco probable si les restan este espacio.