El veterano pintor granadino, afincado desde hace medio siglo en Ibiza, Eustaquio Carayol, recibió ayer sepultura tras una ceremonia celebrada en la iglesia de Santa Cruz de Ibiza. Había fallecido el miércoles a los 73 años de edad.
Miembro de la Asociación Multiarte de Eivissa (AMAE) desde su creación en 2013, participó en todas las exposiciones que organizó la asociación en estos últimos siete años. Su presidente y amigo desde hace más de cuatro décadas, Antonio Mendoza, lo definió ayer a Periódico de Ibiza y Formentera, como «un amigo estupendo y sincero». Además, aseguró que «era uno de los últimos grandes paisajistas que aún quedaban en Ibiza» y que por eso su pérdida supone un «gran golpe para la asociación y para todos aquellos que le conocían, tanto por su trabajo como por su personalidad».
Mientras, otros amigos como la pintora Ana Jakimow, Mauro García Socuéllamos y el escultor Carlos Icardi destacaron «la calidad humana» de Carayol, «su sonrisa permanente para todos», su generosidad y gran corazón y «su técnica, muy elaborada y con colores vibrantes y brillantes».
Natural de Huéscar
Nacido en Huéscar, Granada, Eustaquio Carayol comenzó a pintar en su pueblo natal y al trasladarse a la isla nunca dejó de lado su gran afición, que compaginaba con su trabajo en el Casino de Ibiza, donde estuvo durante más de 20 años, siendo una persona muy querida y respetada.
En los años 90 comenzó a exponer sus cuadros, sobre todo paisajes ibicencos, siendo muy conocidos sus trabajos sobre las marinas de la isla, los almendros en flor de Santa Agnès o lugares tan icónicos de la isla como es Vedrà.