El derrumbe del pozo de Pou des Lleó, situado en Santa Eulària, el pasado mes de enero a causa del intenso oleaje producido por la borrasca Gloria es algo que aún inquieta a los vecinos de la zona. En los alrededores no se ve ninguna obra iniciada para su rehabilitación ni ningún elemento informativo que muestre la intención de la misma. Únicamente la enorme roca del pozo caída dentro del mar deja constancia de su histórica existencia, registrada documentalmente desde el año 1555.
El único obrero que se ve por la costa es un hombre mayor que trabaja pacientemente en la restauración de la casetas varadero de la orilla de la cala de al lado. Y los vecinos no ocultan su descontento. «No están arreglando nada. Todo apunta a que se quedará así. En Ibiza parece que hay cosas más importantes que arreglar que este pozo», denunció Juan Miguel, vecino y trabajador de la zona que se encarga de las tareas de reparación del restaurante que tiene el mismo nombre que el pozo.
La accesibilidad a los restos del pozo se divisa complicada, ya que permanecen anclados en la orilla del mar y el oleaje es continuo. El pasado mes de febrero, los técnicos que evaluaron los daños del monumento advirtieron que las futuras obras de restauración serán de cierta complejidad, ya que parte de los trabajos se tendrá que realizar desde dentro del agua.
Aún así, los autóctonos de la zona no entienden por qué aún no se ha empezado con la recuperación. «Este pozo es la insignia de esta zona. De hecho, tiene el mismo nombre que el pozo y no se debería dejar en el olvido y su restauración debería ser inminente», reclamó Juan, un vecino de Sant Carles.
Un atractivo para visitar
Pese a que el pozo lleva décadas inactivo, históricamente fue un elemento primordial para la población de la zona, ya que la abastecía de agua dulce, un bien esencial debido a la aridez del lugar.
Antes de su derrumbe era un atractivo más para visitar en esta zona de Santa Eulària. Ahora ni eso. De hecho, el trenecito turístico que recorre el municipio para mostrar los encantos de lugar a los visitantes, cuando llega a la zona donde está ubicado el pozo, solo muestra la cala. El conductor del tren también lamenta la situación del pozo. «Hay demasiados responsables para que la rehabilitación se lleve a cabo: el Ayuntamiento de Santa Eulària, el Consell y la Demarcación de Costas. Y parece que ninguno se pone de acuerdo», indicó.
Precisamente, el Ayuntamiento de Santa Eulària manifestó ayer su voluntad para que el pozo se repare cuanto antes, aunque vaticinó que la rehabilitación será «muy larga». La concejala de Litoral y segunda teniente de alcalde de Santa Eulària, Antonia Picó, declaró que actualmente los trabajos de recuperación de Pou des Lleó se encuentran en fase de valoración: «El pasado mes de febrero, un ingeniero de caminos y una arqueóloga inspeccionaron la zona para evaluar los daños. Estamos en tramitación de redactar un proyecto y para ello necesitamos informes de ingeniería, de patrimonio y medioambientales».
En este sentido, la concejala también advirtió que el coste de los trabajos se prevén bastante altos ya no solo por el complicado lugar donde se encuentran los restos y su difícil acceso, sino porque el pozo deberá ser reconstruido «patrimonialmente» tal cual estaba.
Mientras tanto, los vecinos de la zona miran resignados los restos en el mar. «Es una pena verlo así. Ya ni siquiera parece un pozo. Es increíble que haya desaparecido tras cientos de años», lamentan.