Corren tiempos en lo que el coronavirus ha sacado a relucir el lado más humanitario y solidario de todos nosotros. Nos hemos acostumbrado a ver diversos gestos altruistas y donaciones de diferente tipo que, en mayor o menor medida, han llamado la atención. Pero ahora, cuando este tipo de actos ya son casi rutinarios, se acaba de producir uno que se sale del guion.
No es por su cantidad ni por el material, sino por quién y por qué lo hace. Sabedora de la problemática existente con las mascarillas, la joven Marisa Bernaldo de Quirós Fernández, de 14 años, no dudó en romper la hucha para invertir sus ahorros de 250 euros en este material para la Policía Local de Sant Antoni, en la que trabaja su padre, Jorge. Maravilloso.
Marisa, ni corta ni perezosa, se puso a buscar mascarillas por internet y consiguió unas que provienen de unos talleres que suministran a La Legión. «Como yo soy de la hermandad de La Legión, pues utilizó un poco mi nombre y, al final, sacó hasta un descuento», relató entre risas su progenitor.
En total, la joven ha conseguido 50 mascarillas que ayer fueron despachadas del punto de origen. Al parecer, son de tejido no tejido (TNT) y contienen en su inscripción el nombre de Policía Local. «Son estupendas y se permite lavarlas a más de 60 grados para reutilizarlas», afirmó Jorge Bernaldo de Quirós, teniente del ejército reservista voluntario.
La propia Marisa se encargará de entregar las mascarillas en el retén de la Policía Local de Sant Antoni cuando lleguen a la isla. Será, sin duda, un momento emotivo que quedará para el recuerdo cuando finalicen estos tiempos de la COVID-19. Con gestos así, el triunfo está asegurado.