El Ayuntamiento de Sant Josep presentó ayer a tres nuevos agentes que desde las 14.00 horas se incorporaron a la plantilla de la Policía Local, un cuerpo al que la semana próxima se añadirá otro nuevo policía. Según informaron fuentes municipales, con estas incorporaciones quedarán cubiertas las plazas de interinos del cuerpo.
La plantilla de Sant Josep pasará a estar integrada por 52 agentes después de un proceso que ha permitido que 14 policías interinos consolidasen su plaza como funcionarios. Esta dinámica al alza contrasta con la caída de agentes en la capital de la isla. Así, los tres policías presentados ayer por el teniente de alcalde y concejal de Policía, Ángel Luis Guerrero, proceden de la Policía Local de Vila, tres nuevas bajas que se suman a las recientes salidas de otros dos policías que se trasladaron a Santa Eulària y Sant Antoni.
La gestión de los recursos humanos en materia de salud laboral tras la explosión de la pandemia del Covid-19 ha sido uno de los factores que ha tensado las relaciones entre Vila y gran parte de su cuerpo de policía municipal. De hecho, mientras los agentes de Sant Josep y otros municipios de la isla ya se han realizado las pruebas de coronavirus, la plantilla de Vila todavía sigue esperando. Según las fuentes consultadas por este medio, los nuevos agentes de Sant Josep serán testados mañana.
Marcha de agentes de Vila
Tal y como avanzó Periódico de Ibiza y Formentera en su edición del pasado sábado, las bajas y fugas de agentes se sucederán en los próximos meses en la Policía Local de Ibiza, con cuatro jubilaciones más en los próximos dos meses. La salida de estos agentes quedó en stand by tras el decreto de estado de alarma, pero finalmente los policías se han acogido a una excedencia por cambio de Administración.
Según señalaron varios agentes de Vila, «la actitud del equipo de gobierno de Rafa Ruiz es el detonante de esta fuga constante de agentes. Con las nuevas bajas, la plantilla de Vila queda reducida a 80 agentes y en junio quedará menguada a 75, «una cifra insostenible y ridícula para una ciudad como Ibiza», lamentaron.