El Club Náutico de Ibiza (CNI) confía en conservar su concesión después de que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) obligue a repetir la licitación en la que se le adjudicó la gestión de las instalaciones que ocupa desde hace casi un siglo. Además, sus servicios jurídicos decidirán próximamente si presentan recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
Según el club, la sentencia obliga a reiniciar el procedimiento por una cuestión formal, «pero mantiene los criterios de puntuación» con los que fue considerado el mejor concurrente en la competencia de la APB. En este sentido, en el CNI creen que partirán «en una buena posición» con respecto a otros candidatos por su «larga experiencia como club náutico frente a otras que se hacen pasar por tales sin fundamento».
El letrado
Además, desde el CNI aseguran haber sido «conscientes» de que la renovación definitiva «requería un ejercicio de resistencia, tanto por su compleja tramitación como por los ingentes recursos económicos de la entidad demandante, Club Básico 12 Millas, representada por el abogado madrileño Francisco Javier Jiménez Cisneros Cid».
Un letrado que, según el club, «se ha significado por su aversión hacia el modelo de gestión portuaria de los clubes náuticos como entidades sin ánimo de lucro». Algo que, según el CNI queda demostrado «al emitir en 2009, a petición del entonces director de la APB, Angel Matías, un informe sobre el Club Náutico de Ibiza en el que calificaba la explotación de amarres como actividad que no puede ser considerada estratégica ni relevante para un puerto» oponiéndose «a la prórroga de la concesión del Club Náutico de Ibiza y recomendando someter la concesión a concurso público», según la nota de prensa emitida ayer por el Club Náutico Ibiza.
Incluso, según explica el CNI en la nota de prensa, «seis años después de haber realizado el citado informe, Francisco Javier Jiménez Cisneros Cid avaló de su bolsillo el proyecto de Club Básico 12 Millas».
Por todo ello, el CNI entiende que su participación en Club Básico 12 millas, «representa una anomalía y pone en duda la legitimidad y la ética de una entidad sin masa social, sin historia y creada ad hoc en 2015 para concurrir a la competencia de proyectos del puerto de Ibiza sin haber desarrollado actividad deportiva relacionada con la náutica».