Mascarillas y gel desinfectante es lo que se pudo ver ayer en Sant Joan en el día grande de la localidad. La nueva normalidad marcada por el coronavirus no hizo posible una fiesta multitudinaria como otros años ya que no hubo presencia de turistas. Lo que no faltó fue la tradicional misa en honor al santo patrón y, pese a las circunstancias, los joanins disfrutaron de la celebración. «La misa ha sido preciosa», comentó una vecina. Hubo quien echó de menos la tradicional invitación a bunyols y la procesión, pero la alegría por reencontrarse con la gente del pueblo fue mayor. «Espero que el año que viene lo podamos volver a celebrar con la fuerza y energía que venimos celebrando tradicionalmente las fiestas de nuestro pueblo», explicó el alcalde Antoni Marí Carraca.
Sobre las perspectivas turísticas, el alcalde afirmó que este año «será una temporada de mínimos» en el sector hotelero del municipio. «No será para ganar dinero sino resistir y ver si se puede entrar con mejor pie en 2021», precisó. Así, Carraca afirmó que la localidad está «desértica» ante la falta de visitantes, aunque los restaurantes ubicados en zonas turísticas están empezando a trabajar bien, sobre todo los fines de semana. El alcalde confió en que, con el inicio de julio, se reactive el sector turístico porque, en caso contrario, «el invierno será muy largo» y afirmó estar preocupado por los rebrotes en países emisores de turistas, como Alemania.