La urbanización Cantos Rodados “Apartamentos Don Pepe” está formada por dos bloques, A y B. El bloque B tiene la licencia nº38 del año 1964. Pero en el expediente de esa licencia constan los dos proyectos, del bloque A y B, grapados junto a esa licencia.
Lo explican fuentes de la comunidad de vecinos que han tenido acceso a los documentos de la licencia y que, con estos indicios, defienden que se habría concedido realmente la licencia a ambos bloques, por lo que su existencia les daría la posibilidad de llevar a cabo las obras de consolidación necesarias en el edificio.
Los técnicos municipales defienden en los decretos en los que se ordena el desalojo inmediato de los vecinos de las escaleras 1 y 2 y su apuntalamiento que «conforme a las comprobaciones realizadas, el bloque A se encontraría fuera de ordenación» al haberse construido sin licencia. La Ley de Urbanismo de Balears (LUIB), establece que en este tipo de edificaciones «no se podrá hacer ningún tipo de obra».
Sin embargo, si existiera esa licencia o se demostrara que existió, el edificio pasaría a considerarse «construcción inadecuada», en las que se podrían realizar «obras de higiene, seguridad, salubridad, reforma y consolidación, rehabilitación, modernización o mejora de las condiciones estéticas y de funcionalidad».
Además del plano del edificio A adjunto a la licencia del bloque B, existirían copias de cédulas de habitabilidad de los años 60 entregadas por el ayuntamiento e incluso un planeamiento urbanístico para la zona en el que se hablaba de ambos edificios. Todo ello indicativos, según la comunidad de vecinos, de que ambos bloques se contruyeron con la correspondiente licencia de la época.
«Los técnicos municipales nos dicen que el bloque A nunca ha tenido licencia porque no hay un registro de entrada de la solicitud de la licencia o un documento que justifique la concesión. Pero estamos hablando de los años 60, bien podría ser que se hubiera perdido la hoja o que se concediera de otro modo».
Reunión
En juego por este tema está la posibilidad de que los vecinos que habitan en el centenar de hogares que conforman los Apartamentos Don Pepe puedan hacer las obras para poder seguir en sus viviendas. Muchos de ellos tienen todavía por delante el pago de años de hipotecas.
Hasta el momento se ha desalojado a casi una treintena de vecinos entre las escaleras 1 y 2.
El pasado miércoles el Ayuntamiento celebró una reunión con los vecinos para explicarles el motivo del desalojo y la situación del edificio. Duró cuatro horas. En esa reunión se mostraron las imágenes tomadas por los técnicos responsables del apuntalamiento, que ilustraban principalmente la situación del local adyacente al bloque, en situación de abandono desde hace años, y de la jácena (viga) en mal estado que sustenta buena parte del peso del edificio.
Los vecinos indican que no salieron del todo convencidos de la reunión y solicitan que se permita a sus propios técnicos realizar catas, dado que los técnicos contratados por el Ayuntamiento ya las han hecho, para poder valorar posibles soluciones.
El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, apuntó tras el pleno que se trató de una reunión «densa», en la que surgieron los sentimientos de «desesperación y rabia» de la gente. «Desde el Ayuntamiento creíamos necesario hacer entender el estado real del edificio, que creo que quedó claro».
Valoró lógico que la gente no quiera salir de su hogar y se resista a aceptar ir a otro lugar . «Los vecinos piden soluciones más definitivas y debo decir que desde el Ayuntamiento buscamos soluciones desde el primer día para ver qué se puede hacer, pero tenemos que buscar una salida entre todos, que en este momento parece difícil».