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Coronavirus

El West End sufre un goteo incesante de locales que cierran para siempre

Cierran Joe Spoons tras 50 años de vida y The Mermaid Bar, con más de tres de décadas de historia

The Joe Spoons, con sus puertas cerradas. | Daniel Espinosa

| Sant Antoni |

Es un goteo constante desde que llegó el coronavirus, se impusieron medidas para prevenir los contagios y los turistas dejaron de llegar al West End. Cada semana o cada pocos días aparece un anunció en las redes sociales. Un comunicado breve en el que se da las gracias a los clientes, se repasa la historia del local y se anuncia el cierre definitivo. Esa terrible noticia que ningún dueño quiere dar cuando abre un negocio. Los dos últimos son Joe Spoons y The Mermaid Bar.

Estos dos cierres han dolido especialmente a muchos habitantes de Sant Antoni porque llevaban muchos años abiertos en la zona del West End. El Joe Spoons, también conocido por muchos portmanyís como Music Bar, cumplía 50 años en este 2020 y The Mermaid Bar llevaba 36 años funcionando.

«En nuestro caso, la decisión echar el cierre no tiene nada que ver con la llegada del coronavirus ni con las medidas que se han tomado para frenar la pandemia porque ya lo teníamos claro desde el año pasado cuando nos quedamos sin encargada y las cuentas ya no salían», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Alberto Soler, marido de la dueña del local e hija del fundador, Berena Ribas.

Este local fue fundado hace ya medio siglo por Pep Ribas como Music Bar y tras conocer al joven músico irlandés Joe Duffy decidieron crear un espacio donde ofrecer «música en directo de cantautores con el tradicional ambiente de los pubs irlandeses». El lugar se ha ido reciclando con los años y finalmente, tras convertirse en un emblema de la zona han tenido que echar el cierre. «Nos hemos ido adaptando a los nuevos tiempos, ofreciendo la posibilidad de ver el fútbol de la Premier League y cumpliendo los horarios, pero al final el propio cambio que ha ido sufriendo el West End y el tipo de clientes que venían nos ha hecho imposible seguir adelante», explicó Alberto.

Atrás dejan muchos recuerdos y momentos «increíbles» y por eso en las redes sociales dieron las gracias a «encargados, camareros, empleados de la limpieza, djs y músicos, repartidores, preventistas, sus jefes y al pilar fundamental de esta gran familia, nuestros fieles clientes».

Mientras, Lisbet, propietaria del The Mermaid Bar también ha tenido que cerrar su emblemático local. «Mi establecimiento es muy pequeño, está situado en el centro del West End y a pesar de que era muy conocido y venía mucha gente todos los veranos al final no he podido hacer frente a las pérdidas económicas originadas por la llegada del coronavirus, las restricciones para evitar contagios y la decisión del Govern de prohibir la apertura de los locales de ocio nocturno en nuestra zona», confirmó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera.

Pesimismo e indignación
El presidente de la asociación de empresarios del West End, Pep Tur, explicó ayer Periódico de Ibiza y Formentera que estos dos cierres son el principio de muchos más «y que esto no ha hecho más que empezar ya que con las medidas impuestas para frenar el coronavirus y el decreto del Govern es imposible que nadie pueda sobrevivir».

Por ello, Tur es «al mismo tiempo pesimista e indignado». Pesimista «porque el cierre del West End supondrá la quiebra del pueblo de Sant Antoni» e indignado porque «Palma está tomando medidas sin dejar trabajar al Ayuntamiento y a los comerciantes en la mejora de la zona como estaba previsto que se hiciera».

En este sentido, el presidente de los empresarios del West critica abiertamente la restricción de horarios a pesar de que el tripartito en el Ayuntamiento, formado por Partido Popular, PI y Ciudadanos, decidió aprobar que este verano se pudiera alargar la actividad hasta las dos de la madrugada, más un plazo de media hora para desmontar las terrazas. «No se puede ir en contra del turismo joven y prohibirles que se diviertan haciendo lo que hacen en sus lugares de origen porque, entre otras cosas, nos guste o no, Ibiza y Sant Antoni, son conocidas a nivel mundial por su música y su fiesta».

Así mismo, Tur lamentó la reducción de aforos de las terrazas debido a la crisis del coronavirus. «La mayoría son negocios pequeños que se quedan con dos, tres o cuatro mesas y eso, desgraciadamente, no les da para que sea rentable poder abrir durante esta temporada».

«Decisión política»
Uno de los que está en esta situación es Pep Colomar, propietario del Bar Colón, un lugar con más de 40 años de historia desde que comenzara a realizar torradas de sobrasada y hamburguesas.

En su caso, tal y como explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera , no cerrará definitivamente sus puertas pero esta temporada ve muy complicado abrir. «Nosotros abrimos todo el año, con clientes de la isla y turistas, pero nos condenan las medidas que se han tomado para frenar el coronavirus y sobre todo las medidas completamente arbitrarias que ha tomado el Govern y que impiden que se abra el West End», confirmó.
De hecho, según explicó a este periódico, él puede sobrevivir gracias a que tiene otros comercios familiares en los que ha conseguido colocar a casi todos sus empleados en ERTE. «Yo tengo la fortuna de que el local es nuestro y no tenemos que pagar alquiler, pero si no fuera así te puedo asegurar que ya habría entregado la llave y echado el cierre definitivo».

Colomar entiende que la «salud es lo primero» y que hay que hacer «todo lo posible por combatir la propagación del coronavirus siendo lo más cautos posibles para que esto no vaya a más y no haya rebrotes», pero critica abiertamente las medidas del Govern. «Aquí estamos pagando justos por pecadores y con la excusa del turismo de excesos se nos mete a todos los locales en el mismo saco cuando hay algunos que intentamos cambiar el modelo y apostar por un West End diferente, en colaboración con el Ayuntamiento».

Además Colomar asegura no entender porque Sant Antoni no puede abrir e Ibiza u otros municipios si. «Es algo que no hemos entendido desde el primer momento en que se anunció la medida y creemos que más que sanitaria es una decisión totalmente política».
Por todo ello, el dueño del Bar Colón no es especialmente optimista con respecto al futuro. «Seguiremos aguantando el chaparrón como se pueda pero hasta que el coronavirus no se controle o no haya una vacuna creo que esto será muy complicado que repunte».

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