Las Pitiusas alcanzaron ayer los 321 casos activos después de que en las últimas 24 horas se contabilizaran otros 35 contagios y se registrasen cinco altas, según las cifras facilitadas por el Servicio de Salud de las Islas Baleares.
La tónica sigue siendo la misma de los últimos días y la gran mayoría de los positivos pertenecen a pacientes leves o asintomáticos. Del total, hay 15 pacientes hospitalizado en Ibiza, dos más que ayer. De estos, uno ha requerido ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Can Misses. En planta se encuentran otros siete pacientes. Ayer también había siete personas ingresadas en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario por COVID-19. El resto de casos, hasta 306, permanecen en sus domicilios con seguimiento de Atención Primaria, 278 en Ibiza y 28 en Formentera.
Por último, según se recogió en el comunicado, el Laboratorio de Microbiología del Hospital Can Misses realizó el miércoles un total de 490 PCR para dar cobertura a las necesidades de los cribados.
Salut informa de tres brotes
Por otro lado, ayer el portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas, Javier Arranz, en una rueda de prensa para detallar la incidencia del coronavirus en las Islas señaló que en el archipiélago había 38 nuevos brotes con 164 positivos. De estos, tres estarían localizados en las Pitiusas. Arranz destacó en este punto que el origen de la mayoría de los brotes son reuniones sociales, familiares o entre amigos.
El primero de estos brotes se corresponde con la Escuela de Vela de Formentera que está cerrada después de que las pruebas PCR dieran como resultado cuatro casos positivos que se corresponden a tres alumnos y a un monitor, que se suman al niño que dio positivo la semana pasada.
Desde el Área de Salud se informó que ayer se inició un cribado a todos los alumnos, que suman unos ochenta, para detectar más posibles casos.
Por otro lado, un grupo de la Escuela de Verano de Sant Francesc con 11 alumnos y tres monitoras, también se ha cerrado como medida de prevención, ante un posible positivo, que está en aislamiento desde el pasado lunes.
Sobre los otros brotes pitiusos, la Conselleria no ha arrojado luz. Más allá de que uno tendría seis casos y otro tres. Además, Periódico de Ibiza y Formentera pudo saber ayer que había un cuarto brote en un hotel de la costa de Sant Josep.
Dispersión
Una de las cosas que llamó la atención en la rueda de prensa es que Arranz señalase que la mayoría de los casos de Ibiza se corresponden con los rebrotes, cuando los tres últimos apenas cuentan con casos y el crecimiento de los últimos días ha sido muy elevado. Además, de los cuatro anteriores brotes que se dieron en la isla, dos ya están cerrados según confirmó Salut. Así pues, la sensación es que en el caso de las Pitiusas se trata de casos diseminados, sobre todo si se tiene en cuenta que un brote se contabiliza a partir de tres positivos y ayer había 321 casos activos.
Lo que sí señaló el doctor es que más del 90 % de los casos que se han dado en el archipiélago en las últimas semanas son de transmisión local. Según se recoge en el último informe de epidemiología publicado ayer mismo, desde el 11 de mayo solo se han registrado 107 casos importados en toda Baleares, unas cifras muy bajas dado el notable aumento de positivos.
En este informe también se desglosan los positivos por municipio durante los últimos 14 días. Vila sigue siendo la zona de Ibiza con más casos con 76, seguida por Sant Antoni donde se han contabilizado 38 casos. En Sant Josep fueron 28 positivos en las dos últimas semanas por los nueve que han tenido en Santa Eulària y los tres de Sant Joan. Por su parte, en Formentera se han registrado 16 casos.
Por último, ante el incremento de casos de las últimas semanas, Arranz, optó por no referirse a esta situación como a una «segunda ola» y ha explicado que siempre es esperable que haya repuntes después de una alta incidencia aunque sin la misma consideración que la primera embestida. También reconoció que se espera que el número de positivos siga aumentando en las próximas semanas hasta ver el impacto de las nuevas medidas de reducción de aforos y otras instrucciones para el ocio y la restauración y ver «si están funcionando».
La solución era fácil: hacer PCR a cualquiera que llegara a las islas. Quien no se la quiera hacer, que no viaje. Pero claro, preferimos buscar soluciones "B" que nos van a costar 100 o 1000 veces más que la solución "cara" de exigir el PCR. Y luego los cuatro palmeros del Govern encima a dar la imagen de que la gestión que se ha hecho es la mejor que se puede hacer.