Los vecinos de la escalera 2 de los apartamentos Don Pepe consideran «indignante» la alternativa que les ha dado el Ayuntamiento para que sigan teniendo alojamiento a partir del domingo: el albergue de Sa Casilla.
Ayer se manifestaron por segundo día frente al Consistorio para reclamar una alternativa a su situación. El domingo deben abandonar los apartamentos Bon Sol, donde residen después de ser desalojados el pasado mes de junio de sus viviendas por deficiencias estructurales observadas por arquitectos municipales y externos.
El alcalde, Josep Marí Ribas, recibió a dos de los vecinos de la escalera 2 que todavía están alojados en los apartamentos Bon Sol, en representación de las cuatro familias que no han encontrado una alternativa habitacional.
Ambos se levantaron de la mesa y salieron enfadados de la reunión. «Nos ofrecen ir a Sa Casilla, donde pasan los inmigrantes la cuarentena por coronavirus. Esa no es una opción para llevar a mi familia. El Ayuntamiento nos deja tirados, son gentuza», señaló David tras abandonar el despacho.
Anunció que seguirán movilizándose para reclamar una solución, dado que valora «imposible» encontrar una alternativa viable para su economía. «Se acabaron las medias tintas», dijo, e indicó que se plantean incluso acampar frente a la casa consistorial.
El alcalde explicó que el albergue que se les ha ofrecido está actualmente vacío, que fue debidamente limpiado y desinfectado conforme a la normativa actual y estaría enteramente a disposición de las familias, con espacios separados.
Si bien consideró que no es la solución óptima para ellos, apuntó que es la única alternativa que ahora mismo tiene disponible el Ayuntamiento. «Ellos quieren que se les dé una vivienda, pero no tenemos pisos para darles. ¡Ojalá los tuviéramos!»
Aseguró empatizar con la situación de estos vecinos y estar «preocupado» e «incómodo», pero recordó que los Servicios Sociales tienen unos procedimientos estandarizados a los que ya han acudido algunas familias de las escaleras 1 y 2 y que seguirán trabajando en esa línea.
Apuntó que no se trata de un problema provocado por el Ayuntamiento, sino una situación frente a la que la administración tuvo que actuar. Indicó que el Ayuntamiento ya ha gastado mucho dinero en ayudar a los afectados por los desalojos y que, en cualquier caso, está abierto a seguir trabajando «sin descanso» para encontrar una alternativa que ve difícil a corto plazo.
«Estamos trabajando en soluciones a medio y largo plazo para esta situación, pero a corto plazo, lamentablemente, no la tenemos»