El presidente del Consell d'Eivissa, Vicent Marí, afirmó anoche en el programa Bona Nit Pitiüses que las instituciones, empresas privadas y todos los ciudadanos de Ibiza «tenemos que estar preparados para un cribado masivo a partir de ahora para detener la expansión del virus».
El presidente, que volvió al plató de TEF por primera vez desde el inicio de la pandemia, afirmó que al principio «nos cogió a todos fuera de juego, pero ahora tenemos la experiencia de cómo han ido estos meses y de cara al año que viene están surgiendo estos nuevos test de antígenos que son más rápidos e igual de fiables que las pruebas PCR, hay que ser ambiciosos y pensar en grande, por lo que si queremos realmente salir de esta situación hay que hacer cribados masivos a toda la población y detectar quién está contagiado y quién no».
Sobre el coste que podría representar el test masivo, Vicent Marí afirmó que «si no lo puede hacer la sanidad pública, tenemos una magnífica sanidad privada que puede colaborar para salir adelante. Lo que no puede ser es que la gente entre o salga de Ibiza sin ningún control. Esto es lo que nos ha llevado a esta situación», añadió el presidente, que recordó que durante el confinamiento inicial «nos quedamos libres de virus prácticamente. Fue abrir el puerto y el aeropuerto sin ningún tipo de control y volvieron los contagios. Por lo tanto, ahora hay nuevas fórmulas para hacer los test más rápido y con la misma fiabilidad y nos tenemos que preparar para un cribado masivo de los residentes y visitantes». Sobre la fórmula de fa financiación de estos test en colaboración con empresas privadas, el presidente aseguró «no será un problema; el problema está en organizar todo el dispositivo y la infraestructura para poder llevar a cabo todos los test que sean necesarios con el fin de que Ibiza sea declarado un destino seguro. El sector privado está unido y sabe que la administración no lo puede pagar todo».
«Son medidas duras»
El presidente reconoció que las restricciones que sufrirán en Vila y Sant Antoni «son medidas duras, complicadas y nada caprichosas. Hay estudios epidemiológicos que así lo recomiendan y hemos considerado que hay que tener un control especial en estas zonas, donde habrá un cribado masivo a la población de entre 15 y 40 años. Serán 2.500 pruebas en poco más de una semana para detectar a las peronas asintomáticas y que pueden contagiar», explicó el presidente, que admitió que inicialmente «hubo una cierta relajación y esto ha hecho que el índice de contagios se haya disparado en estas zonas de Ibiza donde hay una mayor concentración de habitantes y por tanto más posibilidades de contagio. Se ha optado por restringir, la movilidad, los horarios y una serie de normas que contribuirán, según los expertos, a reducir la incidencia del covid, y les tenemos que hacer caso»: «todas las instituciones tenemos que estar al lado de los expertos, que son los que marcan las pautas a seguir. Aunque no estamos contentos con estas decisiones, son necesarias y hay que apoyarlas».
Las restricciones impuestas por el Govern balear en el centro de Vila y Sant Antoni a partir de mañana a las 22 horas están fundamentalmente dirigidas a la población local. En este sentido, Marí reitera que «estas decisiones son muy difíciles de tomar, pero los datos demostraban que en estas zonas había un incremento de contagios muy alto entre la población residente, por lo que había que tomar medidas para contener la propagación del virus, y se ha optado por restringir al máximo las actividades estas dos zonas para que así se controle la expansión».
Sobre la posibilidad de que se decrete un nuevo estado de alarma que nos pudiera conducir a un nuevo confinamiento general, el presidente aseguró que «no está previsto, ya que hay que conjugar la salud con cierta movilidad, una cierta actividad económica, porque si no es así la ruina también es otra pandemia, por lo que hay que controlar la enfermedad poniendo los máximos recursos, a la espera de que salga la tan ansiada vacuna, que parece que va para largo. Ahora el principal objetivo es la salud porque sin salud no habrá economía».
Protección para los necesitados
Sobre las medidas de protección que previsiblemente necesitarán muchas personas en el próximo invierno, el presidente anunció que las obras del albergue provisional de acogida de Sa Joveria, ya adjudicadas y en marcha, «durarán tres o cuatro meses. Mientras tanto, para el invierno se habilitarán los espacios necesarios para los que necesiten un techo». «Esto es un gran reto de todas las instituciones. Debemos poner todos los medios necesarios para ayudar a los más pobres. Nos estamos preparando para una posible avalancha de gente que lo va a pasar mal. Son medidas paliativas hasta que en abril o mayo se pueda retomar la actividad económica, los empresarios puedan contratar a los trabajadores, que es lo que puede paliar los efectos de esta situación tan grave. Recuperar la actividad es fundamental».
Reunión con los hoteleros
Sobre la reunión que mantuvo esta semana por videoconferencia con los principales hoteleros, asociaciones empresariales y sindicatos, el president afirmó que el eje central del encuentro fue aunar voluntades y reclamar los test en origen y destino a los turistas que viajen a Ibiza, «que esperemos que para el año que viene sea una realidad».
«Evidentemente, 2020 se ha acabado turísticamente y ya tenemos que pensar en 2021, pero para que 2021 sea una temporada lo más normal posible tenemos que controlar la enfermedad, y primero la tenemos que controlar en casa, por eso me reuní con todo el sector turístico, y dimos la imagen y la voluntad de unión. Lo que queremos es la colaboración entre el sector público y el privado, que ha dado un paso al frente y quiere colaborar, exigiendo que se hagan test en origen para saber que los turistas vienen sin virus y no contagiarán a los residentes. Si esto no se consigue, habrá que arbitrar otras medidas, que dependen de la UE y los gobiernos centrales, para que decidan que el test en origen es una medida imprescindible y necesaria para poder viajar, y parece que esa es la intención, pero de momento no ha sido así este año y no podemos arriesgarnos a que el año que viene ocurra lo mismo, con lo cual si no se consigue que se hagan test en origen se tendrán que hacer en destino, y en esto el sector privado está dispuesto a colaborar.
Siempre será más barato hacer un test en Ibiza y ver que el que llega no está contagiado, igual que toda la población residente, que también tendría que hacérselo, porque el coste de hacer estos test siempre será infinitamente inferior al coste de tener cerrado Ibiza.