La crisis que están generando desde hace apenas unos días las restricciones de movilidad que el Govern ha instaurado en la zona conocida como l'Eixample de la ciudad de Ibiza sigue extendiendo sus tentáculos. Ahora, debido a la pérdida de clientes que están sufriendo los comerciantes del Mercat Nou tras no permitirse el acceso a vecinos que vengan de otras zonas que no sean la confinada, es la Cofradía de pescadores de Ibiza la que está sufriendo duramente las consecuencias.
Según explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera su portavoz, Pere Varela, las pérdidas están siendo muy importantes. «De momento ya tenemos dos pescaderías muy importantes, Vicent Calvet y Pescados Moya, que han anulado todos los pedidos que tenían con nosotros y eso es un golpe muy importante para nuestra flota porque son de las que más genero nos piden y más venden y porque ya empezamos a no saber que hacer con nuestras capturas».
De hecho, la situación empieza a ser preocupante. «Si no se hace algo al respecto o se corrigen estas medidas que prácticamente nadie en la ciudad entiende como se han tomado empezaremos a tener pérdidas económicas realmente importantes y las familias de Ibiza que se dedican ello, empezarán a tener problemas graves».
A pesar de que el futuro más inmediato se presenta complicado, desde la Cofradía de pescadores de Ibiza se muestran dispuestos a seguir ayudando a los pescaderos. «Al final aquí todos tenemos que echarnos una mano entre nosotros y, aunque no entendemos las medidas que se han tomado y el por qué no se deja entrar al mercado cuando en el estado de alarma sí se hacía, nosotros estamos dispuestos a ayudar en todo lo que buenamente podamos», confirmó Varela.
«Ventas bajo mínimos»
Mientras, Vicent, propiestario de Pescadería Vicent Calvet, confirmó a Periódico de Ibiza y Formentera «que por mucho que me duela ya he tenido que decir a los pescadores que no me traigan más pedidos porque la situación que vivimos es caótica y las ventas están bajo mínimos».
Además, esta prohibición de acceso también está repercutiendo en los encargos. «Son también una parte muy importante de nuestro negocio, porque hay muchos restaurantes que nos hacen pedidos, pero ahora, como tampoco se pueden recoger porque no se puede acceder al mercado tenemos un grave problema con un producto como el nuestro que es perecedero y al que hay que dar salida sí o sí».
De hecho, según las estimaciones de Vicent y otros pescaderos del Mercat Nou, las ventas han bajado un 90% desde el sábado, cuando entraron en vigor las restricciones de movilidad y se prohibió el acceso a personas que no fueran del barrio. «Nosotros comercializamos con todo tipo de pescado, pero en nuestro caso estamos bastante especializados en el atún rojo, que estaba empezando a tener una gran aceptación entre los clientes, pero ya les he tenido que decir a mis barcas que se busquen otras pescaderías porque de momento yo no puedo comprarles ni un kilo más».
Freno a una temporada que estaba siendo muy buena
La Cofradía de Pescadores de Ibiza aseguró que esta situación supone un importante freno a una temporada que estaba siendo extraordinaria. «Hasta mediados de agosto habíamos facturado casi un millón de euros, casi 80.000 más que el año pasado, gracias a que también aumentó un diez por ciento los kilos de pescado vendidos» aseguró Varela. Todo lo contrario que ahora. «Hace menos de un mes toda la langosta que sacábamos del mar estaba vendida y comprometida y ahora todo lo contrario, ya que lo que no sabemos muy bien que hacer con lo que traemos en los barcos».