La fundación Ibiza Preservation presentó ayer en la sede del Consell y online su informe anual ‘Sostenibilidad 2019', elaborado por un equipo de expertos del Observatorio para la Sostenibilidad de esta entidad. El documento recoge distintos indicadores que miden el estado medioambiental de Ibiza y que se basan en los 65 objetivos de desarrollo sostenible que marca la ONU. «La realidad es que ha habido mejoras en medio ambiente, pero seguimos lejos de poder cumplir con los objetivos de ONU», según la directora de la fundación, Sandra Benbeniste, que incidió en la necesidad de mejorar la recogida selectiva en la isla.
Los datos recopilados por distintas fuentes ponen de manifiesto que en nueve años, de 2009 a 2018, el volumen anual de residuos domésticos ha aumentado un 42% en Ibiza, si bien el año pasado descendió ligeramente este índice por primera vez. En cuanto a la recogida selectiva, la tendencia es ascendente desde 2009, aunque en 2019 solo se reciclaron el 17,1% de los residuos domésticos, tres puntos por debajo de la media recomendada por Naciones Unidas. Este indicador mejorará en los próximos años debido a la puesta en marcha de la nueva planta de recogida selectiva en el vertedero de Ca na Putxa, en Santa Eulària, como coincidieron en señalar tanto Benbeniste como el responsable del departamento de Presidencia y Gestión Ambiental del Consell d'Eivissa, Vicent Roig. «Con este informe -que revela que la generación de residuos por persona ha aumentado un 22% en Ibiza- tenemos una radiografía de la Ibiza sostenible, que recoge las sombras, pero también las luces y los avances que hemos ido haciendo para mejorar el medio ambiente», afirmó el conseller, que invitó a los ciudadanos «a mejorar las maneras de actuar, como separando los residuos en casa, que a partir de ahora se gestionarán mejor. Tenemos que trabajar entre todos para mejorar estos indicadores», subrayó Roig.
En el informe, la presidenta de Ibiza Preservation Foundation advirtió asimismo de que la calidad de las aguas litorales de Ibiza está disminuyendo año tras año, como también revelan las encuestas realizadas a los turistas, «que hace unos años calificaban esta calidad de excelente en el 100% de los casos y ahora ya no es así».
Otro de los aspectos que revela esas luces y sombras es el relacionado con el descenso de la superficie agrícola de la isla, aunque ha aumentado el número de agricultores que emplean métodos biológicos y ecológicos.
Además del informe anual, la fundación presentó un estudio sobre los usos del suelo, que ha comenzado a ser elaborado por técnicos en digitalización de cartografía y que consiste en mapas de cubiertas y usos del territorio insular. La tercera fase será un mapa de hábitats naturales que reflejará aspectos como el abandono del campo o la expansión urbanística. Esta cartografía, que se concluirá a finales de 2022 y estará accesible a todo el público, permite observar la zonificación de las áreas naturales o la fragmentación del paisaje de Ibiza, como explicó la técnica Laura Sanmiguel.