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Coronavirus

«El IVA del 21% y el coronavirus nos están llevando al desastre»

El sector de las peluquerías y la estética están viviendo una época muy complicada y piden al Gobierno que se les aplique la reducción del IVA para volver a tenerlo al 10% como hace ocho años

Pepe Pérez lleva varias décadas atendiendo en su peluquería Pérez Peluquero del centro de Ibiza y ahora vive una situación muy complicada. | Daniel Espinosa

| Ibiza |

La aparición del coronavirus en nuestras vidas también está haciendo estragos en las peluquerías de toda España. Además, el sector cuenta con un problema añadido a la pandemia, tener que pagar el 21% de IVA lo que ha puesto a muchas de ellas en una situación límite.

La isla de Ibiza no es una excepción y son muchas las que viven con el agua al cuello. De hecho, una quincena de ellas se sumaron la concentración de protesta que tuvo lugar, manteniendo las distancias de seguridad y las consiguientes medidas de higiene, este pasado miércoles a nivel nacional. «Ahora mismo, para muchos de nosotros tener una peluquería es muy complicado y si nos mantenemos es por amor a nuestra profesión y porque nos debemos a una clientela fija que sigue viniendo a pesar de todos los problemas», aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera Pepe Pérez, uno de los peluqueros más conocidos en la ciudad de Ibiza tras llevar abierto con Pérez Peluquero en la calle Balerars, esquina con la calle Aragón, desde 1975.

«Ahora tener una peluquería es complicado y si seguimos es por amor a nuestra profesión y porque nos debemos a nuestros clientes fijos». «Sabemos que el Gobierno ha podido bajar el IVA para el sector y nos duele que en los Presupuestos Generales del Estado ni se haya contemplado», Pepe Pérez (PEREZ PELUQUERO). Foto: Daniel Espinosa.

El origen del problema con el IVA viene de 2012 cuando el Gobierno, que por entonces presidía Mariano Rajoy, decidió subirlo de golpe aplicándoles el 21%. «Nos consideraron como un artículo de lujo cuando está claro que no lo somos y si en aquel entonces no protestamos porque decidimos arrimar el hombro ante la crisis económica que vivíamos, apostando porque esa subida no afectara al precio final del servicio, pero ahora que somos nosotros los que estamos muy mal, pedimos que el Gobierno vuelva a dejarlo en el 10% para que podamos seguir subsistiendo», explicó Pepe Pérez.

Desgraciadamente, la situación a día de hoy, no pinta muy bien. «Sabemos que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha tenido sobre la mesa la posibilidad de aplicar esta bajada mediante una enmienda pero lejos de hacerlo ya sabemos que en los Presupuestos Generales del Estado que se han aprobado recientemente la bajada de nuestro IVA no está contemplado», confirmó indignado este peluquero sevillano que llegó a la isla con 14 años.

«Vivimos una situación dramática porque en mi caso he pasado de tener cinco empleados a uno y medio, y lo peor de todo es que por más que intentamos hablar con el Gobierno nunca se nos escucha», criticó Pepe Pérez, quien aseguró que su caja ha descendido un 60% desde el inicio de la pandemia.

«Mucha paciencia y fe»
La situación no es mucho mejor tampoco para Paquita Ribas, dueña desde hace más de una década de la Peluquería Jana, en la en la calle Vicent Serra i Orvay de la ciudad de Ibiza. «Como muchos otros profesionales del sector vivo en la incertidumbre constante de saber si nos van a confinar o si van a reducir los horarios porque el negocio ha bajado bastante por el coronavirus y porque si yo tengo que cerrar no tendré ningún tipo de ingreso», aseguró a este periódico.

«Como otros compañeros vivo en la incertidumbre constante del confinamiento porque si cierro no tendré ningún ingreso». «Sigo abriendo todos los días hasta el mediodía y he desviado las llamadas para atender servicios urgentes de quien lo pueda necesitar», Paquita Ribas (PELUQUERÍA JANA). Foto: Daniel Espinosa.

En su caso atiende ella sola en la peluquería, abriendo todos los días hasta el mediodía y actualmente tiene el servicio de llamadas desviado por si entra algún cliente urgente que necesite algún corte de pelo. «Afortunadamente, sigue viniendo poco a poco la gente porque tengo muchos clientes de toda la vida pero es un momento en el que estoy tirando más que nunca de paciencia y fe para que esto del coronavirus mejore, no haya tantos contactos y no sea necesario un confinamiento como el que hubo al principio de la pandemia».

Otra Paquita Ribas, en este caso Ribas Cardona y propietaria de la peluquería Dunia en Sant Antoni, tampoco está pasando por un buen momento. «Hemos notado un bajón importante de clientes por miedo al coronavirus y también porque durante la temporada estival no se ha hecho ningún tipo de evento en el que nosotros colaborábamos y eso los hemos notado muy seriamente en la caja que hacemos cada mes».

«Hemos notado un bajón muy importante de clientes por miedo al coronavirus y porque durante el verano no ha habido eventos». «Siempre soy optimista y yo por lo menos sigo tirando de ayudas y no tengo que pagar el local ni sueldos a empleados», Paquita Ribas (PELUQUERÍA DUNIA). Foto: Daniel Espinosa.

Además, igual que otros muchos colegas de profesión, califica el 21% de IVA como una «salvajada incomprensible que está provocando que la situación sea casi insostenible». Sin embargo, Paquita no pierde la sonrisa, al menos mientras pueda, y a pesar de todo tiene en mente celebrar lo mejor que se pueda dentro de nada sus dos décadas en el mundo de la peluquería. «Siempre en mi vida he sido optimista porque dentro de lo malo yo al menos puedo seguir tirando de las ayudas a los autónomos y no tengo que pagar ni alquiler por el local ni ningún sueldo a empleados».

«Sobrevivimos, que no es poco»
Al igual que Paquita, también hay otros que intentan ser optimistas. Es el caso del equipo de la peluquería La Coupe, situada en el número 1 de la calle Guillem de Montgrí de Vila. Están abiertos desde el año 1981 y eso les ha procurado una clientela fija y fiel que sigue acudiendo, aunque es cierto que en menor medida que antes de que llegara el coronavirus.

«De momento, no nos podemos quejar porque seguimos teniendo muchos clientes que ya nos conocen desde hace años, que casi son amigos, y que siguen viniendo porque saben que aquí cumplimos estrictamente con todas las medidas de distancia de seguridad e higiene que son necesarias para intentar que el virus no se siga extendiendo», explicó Jordi, uno de los tres peluqueros de este salón de belleza.

«De momento seguimos bien porque seguimos teniendo muchos clientes fijos después de muchos años». «Entiendo que se defienda el confinamiento pero tienen que comprender que sería un golpe muy duro del que no sé si nos podríamos recuperar», Jordi (PELUQUERÍA LA COUPE). Foto: Daniel Espinosa.

Eso sí, al igual que Paquita Riera, de Jana, están muy pendientes de que no haya confinamiento. «Entiendo que haya gente que defienda que es lo mejor para que bajen los contagios de coronavirus pero también hay que entender que sería un golpe muy duro del que no se si nos podríamos recuperar».

Por último, Esther Fernández, de la peluquería Analei, en pleno centro de Sant Jordi, aseguró que aunque ahora le va «bastante bien» desde que ha apostado por ofrecer tratamientos novedosos para el cabello en la isla, «el IVA del 21% sigue haciendo muchísimo daño».

«Nos va bien porque he apostado por un tratamiento novedoso en la isla para el cuidado capilar, pero el IVA nos hace muchísimo daño». «Nadie entiende que no se incluya como servicio de primera necesidad cortarse o lavarse el pelo, sobre todo entre personas mayores», Esther Fernández (PELUQUERÍA ANALEI). Foto: Daniel Espinosa.

No en vano, esta veterana peluquera que lleva un cuarto de siglo ejerciendo, hace cuentas y asegura que es difícil que cuadren. «Si a un corte de caballero que cuesta 12 euros le quitamos el IVA se queda en unos beneficios de apenas ocho euros que son totalmente insuficientes para poder pagar el tiempo, el alquiler del local, el sueldo del empleado, la seguridad social, los gastos fijos como luz y agua».

Además, Esther no entiende que se les considere producto de lujo. «Nadie puede entenderlo cuando se lo decimos porque es inconcebible que no se conciba como de primera necesidad servicios tan básicos como cortarse o lavarse el pelo , sobre todo entre las personas mayores que no tienen tantas posibilidades como nosotros».

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