Los responsables del sindicato CSIF lamentaron ayer la «desastrosa» situación y «complicado panorama» que afrontan los juzgados de Ibiza con la inminente marcha de cuatro funcionarios que se han acogido al concurso de traslados en la administración de Justicia, una marcha que se suma a las bajas de nueve interinos que no han sido cubiertas en el último año, tal y como avanzó Periódico de Ibiza y Formentera en su edición del miércoles.
El secretario general de CSIF en las Pitiusas, Juan Nieto, advirtió ayer que aunque las marchas en Ibiza no son tan numerosas como en Mallorca o Menorca, sí suponen un «descalabro importante», ya que dos de los cuatro trabajadores que se trasladarán forman parte de un mismo juzgado, Instrucción número 3, que «se quedará bajo mínimos». Los otros dos funcionarios que abandonarán las Pitiusas venían trabajando en el juzgado de Paz de Formentera.
Juan Nieto advirtió que la precaria situación en los juzgados de las Islas Baleares «ya viene de largo pero se agravó notablemente hace dos años». «La puntilla se produjo cuando el Ministerio de Justicia ofreció todas las plazas de oposición a Baleares y llegaron aproximadamente 300 funcionarios de golpe», indicó Nieto, quien añadió que este hecho fue una «especie de muerte anunciada porque sabíamos que la mayoría marcharía a la Península a la mínima oportunidad».
Bolsas de interinos agotadas
Por su parte, el portavoz de Justicia de CSIF, Sabino Aramburu, incidió en el hecho de que los juzgados se quedan «muy tocados» porque a los traslados se suma el hecho de que las bolsas de interinos están agotadas desde hace tiempo y hay nueve puestos que no han sido cubiertos en el último año. Tal y como avanzó el miércoles en este medio, las bajas de tramitadores conlleva que el personal debe ir asumiendo más carga de trabajo en un juzgado que históricamente ya acumula una sobrecarga.
Sabino Aramburu insistió en la necesidad de que el Ministerio de Justicia tenga en cuenta la peculiaridad de Ibiza ya que los criterios de las bolsas son rígidos para todo el territorio de Justicia y no tiene en cuenta la carestía de vida que hay en la isla.
«Sin un plus de insularidad decente aquí no viene nadie y la gente renuncia, tanto los que ya están como los que llaman», concluyó Aramburu.