Vitaldent Ibiza asumirá la asistencia a los pacientes de Dentix, la cadena que quebró el pasado mes de octubre y que provocó la suspensión de los tratamientos de unas 500 personas en Ibiza. La dirección de Vitaldent en Madrid confirmó ayer que se hará cargo de las intervenciones que estaban siendo financiadas en la isla por entidades como el BBVA, Cetelem, Abanca Servicios Financieros, Pepper Money y Sabadell Consumer Finance, a las que acudieron buena parte de los afectados por el cierre de Dentix.
Vitaldent Ibiza asumirá la totalidad de los tratamientos financiados por dichas entidades, mientras que aquellos pacientes que pagaron en efectivo tendrán acceso a una oferta especial para terminar su tratamiento odontológico.
La cadena Vitaldent anunció esta semana la adquisición de las clínicas Dentix de Mahón y Palma Alexander Roselló, seis meses después de la decisión de Dentix de declararse en concurso de acreedores, lo que acarreó el cierre de sus locales, el despido de empleados y la suspensión de los tratamientos dentales que estaban en proceso.
Vitaldent aseguró ayer que los pacientes de Dentix en Ibiza serán contactados telefónicamente para ser citados a partir de ahora, respetando los protocolos establecidos frente a la pandemia, para lo cual recomiendan a los interesados que no acudan a la clínica sin cita previa.
La cadena Vitaldent, fundada en 1989 y con sede en Madrid, continuará el tratamiento de los más de 5.000 pacientes que Dentix tenía en el conjunto de Baleares. Con la adquisición de las citadas nuevas clínicas en las islas, Vitaldent amplía su red nacional hasta un total 76, que han sido adquiridas por parte de su accionista Advent International.
El cierre de la clínica Dentix de Ibiza, situada en la avenida Ignasi Wallis, provocó momentos de tensión el pasado octubre cuando una veintena de pacientes se concentró ante sus puertas tras el anuncio de la quiebra y para reclamar explicaciones sobre las citas y tratamientos que tenían pendientes, la mayoría ya abonados o sujetos a créditos al consumo.
Tres dotaciones del Cuerpo Nacional de Policía acudieron a la clínica para tranquilizar a los concentrados y momentos después una empleada bajó definitivamente la persiana.