«La cuestión no se centra en ustedes y en comer. La cuestión que le ponemos de manifiesto es la distancia entre lo que usted percibe y la realidad», le echó en cara el portavoz del Grupo Popular José Vicente Marí al alcalde de Vila, Rafa Ruiz, durante el pleno municipal celebrado ayer. Esa fue la tónica de la moción de control presentada por el PP «sobre comidas privadas celebradas en el salón de plenos municipal», pero Marí habló poco de comidas y aprovechó la moción para criticar al ejecutivo local por su «desaparición» durante este año de pandemia.
«Mientras las colas en Cáritas aumentaban ustedes acudían a entregarle los ahorros municipales a Sánchez, mientras Armengol imponía restricciones perimetrales ustedes no pedían explicaciones. Han sido incapaces de levantar la voz contra el desastre en la vacunación y sin embargo fueron raudos y veloces en hacerle una comida privada a la presidenta del Govern en el salón de plenos», acusó Marí, que recordó que su grupo ha planteado 40 mociones de acuerdo para «dar soluciones» a los problemas derivados de la pandemia y el equipo de gobierno ha votado a todas en contra.
Ruiz acusó a Marí de «tirar la piedra y esconder la mano», hablando más de gestión que de la comida, para «no hacer el ridículo» tras las declaraciones del presidente de Pimeef, Alfonso Rojo, en el programa BNP de la TEF. Rojo aseguró que le causó «sorpresa» la polémica porque «en ningún momento pareció una comida y sí una reunión de trabajo con catering de por medio».
Consideró las acusaciones del PP como un modo de convertir el debate público en un «Sálvame Deluxe» mediante política basura. «¿Ustedes se piensan que esto aporta al debate político? Dicen que estamos alejados de la ciudadanía cuando lo que hicimos fue hablar con la ciudadanía. Los que estuvieron allí son más cercanos a ustedes que a nosotros y les organizan este espectáculo».
En cuanto a las preguntas planteadas en la moción respecto a la comida, indicó que en ningún momento se ha utilizado el salón de plenos del Ayuntamiento para una comida privada, dado que insistió en que se trató de una comida de trabajo. Dijo que si se había utilizado el salón de plenos fue porque la presidenta del Govern solicitó un lugar en el que poder llevar a cabo el encuentro con empresarios. En cuanto al motivo por el que se eligió a esas personas para el encuentro y no otras, remitió al Govern las explicaciones, dado que fueron ellos quienes hicieron la lista de invitados, pero sí indicó que se buscaba una reunión informal con representantes de la sociedad civil «que habitualmente no participa por su cargo en reuniones oficiales, para escuchar otro relato de la crisis».
«La presidenta hizo 12 horas de trabajo, tenía que comer y les molesta que lo hiciera mientras trabajaba», dijo Ruiz, que aseguró que no se había incumplido ninguna norma y en todo momento se cumplió con las recomendaciones sanitarias.
«Usted dice que se cumplió la norma y la señora consellera, nombrada por la señora Armengol, dice que se cumplió. Pero no es una cuestión de normas. Es una cuestión entre lo que usted percibe y la realidad que viven los ciudadanos», insistió Marí.
Valoró que tanto el alcalde como los demás concejales del equipo de gobierno viven en el «mundo de Ruiz», «ajenos a lo que vive la población, utilizando recursos públicos a su antojo para rendir pleitesía y ponerle la alfombra roja a la señora Armengol».
Por parte de Ciudadanos, José Luis Rodríguez, no entró en la polémica, pero sí quiso reseñar que «hay que tener mucho más cuidado con las formas». Calificó de «error» el suceso y aprovechó para manifestar su deseo de que la presidenta del Govern «pise la calle y les pregunte a sus administrados, pero con tiempo suficiente y se empape de los problemas que sufrimos debido a las restricciones impuestas por la situación sanitaria».
Vila pagará la comida «del mismo modo que el Consell pagó el desayuno»
El Ayuntamiento de Eivissa será el que pague la comida, indicó el alcalde de Vila, «del mismo modo que el Consell pagará el desayuno que hicimos en el despacho del presidente del Consell todos los alcaldes, la presidenta y la exconsellera Pilar Costa», dijo en referencia al encuentro que tuvieron el 11 de enero en el despacho de Vicent Marí. «Lleva años con dos varas de medir, la general y la que le aplica a los partidos progresistas. Si se come en el Ayuntamiento de Eivissa es un sacrilegio, si se hace en el Consell es un cruasán de cortesía».