El Museu d'Art Contemporani ya puede presumir de tener en una de sus paredes una obra del artista húngaro Víctor Vasarely (1906 - París 1997), considerado como el padre del movimiento artístico Op Art.
La pieza en cuestión lleva por nombre VP 113. Es un acrílico sobre lienzo de gran tamaño, 2,40 por 1,20 metros, que se podrá contemplar durante los dos próximos años en la sección de arte óptico cinético del museo, situada en sala -2, gracias a una donación realizada por la Fundación Callia que desde Madrid se dedica fundamentalmente al mecenazgo y la filantropía en el arte.
Vasarely está considerado junto a otros artistas de renombre como Yaacov Agam, Bridget Riley, Jeffrey Steele, Richard Anuszkiewicz o Michael Kidner como el gran impulsor del movimiento Op Art a finales de los años 50 del pasado siglo en Estados Unidos. De hecho, en París, el artista húngaro crea Zebra, la que es considerada como la primera gran obra de este movimiento.
El Op Art es un movimiento artístico que se inspira en las ilusiones ópticas para generar en el espectador la impresión de movimiento, la existencia de imágenes ocultas, patrones de destellos y vibraciones, o una sensación de hinchazón y deformación. Algo que sus artistas consiguen repitiendo y mezclando formas y figuras geométricas, cambiando también su tamaño y empleando líneas paralelas o rectas. Además, para conseguir el efecto deseado sus pinturas destacan por haber sido creadas bajo los espacios negativos y positivos y con mucha precisión en los contrastes cromáticos.
«Una gran referencia»
Según el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ibiza, Pep Tur, la presencia de VP 113 en el MACE se suma a la que también hubo de Tàpies, Cruz-Villegas o Barceló y «es una gran razón para subir a Dalt Vila y al museo».
Por su parte, Elena Ruiz recordó que el MACE «posee una importante sección de obras y artistas internacionales representativos de la abstracción óptico-cinética sobre todo de la década de los 70 del siglo XX como Hans Hinterreiter, José Maria Yturralde, Julio Le Parc, Marcel Floris, Gilbert Herreyns o Adolfo Schlosser» y que esta obra «significa para el museo, la mejor y más adecuada referencia que refuerza el contexto de estas obras».