El alcalde de Vila, Rafa Ruiz, junto con la Autoridad Portuaria, en estos momentos presidida por el socialista Francesc Antich, empujaron a la concesionaria de Marina Ibiza, Servicios Marítimos Ports d'Eivissa S.L. a realizar obras sin la preceptiva licencia municipal.
Concretamente se trata del derribo del muro que separa la concesión de Marina Ibiza con el Paseo Juan Carlos I, alrededor de 500 metros lineales de valla, con un presupuesto de 347.000 euros más IVA que asumirá en su totalidad la empresa concesionaria. El proyecto, del que se tuvo que hacer cargo Servicios Marítimos Ports d'Eivissa S.l., fue supervisado por los técnicos de la Concejalía de Urbanismo y Vías Públicas del Ayuntamiento de Ibiza.
La supresión de un muro de estas características requiere de licencia municipal por tratarse de una obra mayor, algo que, al tratarse de la zona de afección del puerto de Ibiza, no se puede dar ya que no hay en vigor ningún Plan Especial del puerto. Sabiendo esto, Rafa Ruiz negoció y acordó en 2016 con la autoridad Portuaria y la empresa que se realizaran estos trabajos, e instó hace escasas semanas a la concesionaria a que iniciase las obras cuyo proyecto habían supervisado los técnicos municipales. Unos trabajos que en ningún momento están ni pueden estar amparados por la legalidad porque, aunque se está tramitando un nuevo plan especial del puerto, todavía no está aprobado y no se prevé que lo esté a corto y medio plazo.
La empresa Servicios Marítimos Ports de'Eivissa S.L. declinó ayer realizar ningún tipo de declaración al respecto.
Reuniones a tres bandas. El Ayuntamiento de Ibiza, la Autoridad Portuaria de Baleares y la empresa concesionaria de Marina Ibiza se han reunido en más de una ocasión para decidir el futuro de la zona portuaria. Esta imagen es de diciembre de 2016.
Colaboración
La obra de demolición del muro que separa Marina Ibiza del Paseo Juan Carlos I no es ni la más voluminosa ni la más cara de las obras que se han ejecutado en los últimos 20 años en el puerto, pero sí que es la más representativa en cuanto a la colaboración interinstitucional para ignorar la legalidad vigente.
Ya desde 2015, cuando entró a gobernar en Consistorio de Vila Rafa Ruiz, y cuando Francina Armengol puso a Joan Gual de Torroella al frente de la autoridad Portuaria de Baleares, se inició un romance entre ambos organismos que ha llegado hasta nuestros días.
La primera gran decisión conjunta entre ambos dirigentes se produjo el 1 de diciembre de 2015. En aquella ocasión Gual de Torroella y Ruiz informaron del acuerdo alcanzado entre las dos instituciones para afrontar las futuras actuaciones en el puerto de Ibiza. Un acuerdo en el que ya se detallaban diversas actuaciones que, ya desde ese momento, eran irrealizables al no contar la zona portuaria con ninguna herramienta urbanística y no tan siquiera con el documento de Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP).
Un documento que aprobó inicialmente el Consejo de Administración de la APB en febrero de 2015 y que, posteriormente, tuvo que ser readaptado merced a las aportaciones de Ayuntamiento, Consell y Govern balear. Con estas aportaciones, se presentó en octubre de 2016 una nueva DEUP, que finalmente fue aprobada por el Consejo de Administración en julio de 2017 y que, a día de hoy, todavía continúa su tramitación por los despachos ministeriales.
En marzo de 2016 Vila y la APB alcanzaron un acuerdo para unificar horarios y criterios de acceso al barrio de la Marina y el puerto. Tres meses más tarde, en junio, volvieron a dar fe de la buena sintonía entre administraciones al acordar dar opción a los pasajeros procedentes de Fomentera de desembarcar en el Martell.
En junio de 2018 Ruiz y Gual de Torroella volvieron a aparecer juntos ante los medios de comunicación para presentar el proyecto de nuevo aparcamiento soterrado previsto en la Ribera Norte del puerto. Un proyecto que, tanto en esos momentos como ahora, es un mero brindis al sol porque no existe aún la herramienta legal que lo permita.
En febrero de 2019, Vila y APB decidieron, a petición del sector náutico de la PIMEEF, reservar el espacio portuario que actualmente ocupa la zona de atraque de las barcas de Formentera para las empresas náuticas de la isla.
Un gran paseo de faro a faro
El objetivo de las obras de eliminación del muro que separa el puerto de la ciudad de Ibiza es, según explicó el Ayuntamiento, hacer un gran paseo que transcurra desde el faro del puerto de Ibiza hasta el faro de Botafoc, sin barreras arquitectónicas y visuales hacia el mar.
En el tramo que se desarrolla por Marina Ibiza las actuaciones consisten en la apertura de hasta ocho nuevos accesos para peatones; sustitución de la vegetación por otra de proporciones más pequeñas; conexión de los accesos con la pavimentación existente en la zona ajardinada, dando continuidad al paseo marítimo y la instalación de nuevo mobiliario urbano, papeleras y bancos de madera.