El exconseller de Industria, Josep Juan Cardona, condenado a 16 años de prisión por el desvío de ocho millones de euros en el 'caso Scala' puede dormir en su casa con una pulsera telemática, pero por el momento no accederá al tercer grado.
El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Palma ha rechazado la progresión de grado del recluso dado que aún no ha cumplido siquiera la mitad de su condena. Además, valora que, desde hace meses, disfruta de cierta flexibilización en sus condiciones, al habérsele aplicado el artículo 100.2 del régimen penitenciario. Gracias a esta medida, Cardona puede salir a trabajar de forma habitual a Cáritas en Ibiza y, duerme la mayoría de noches en su casa con el control de una pulsera telemática.
El auto judicial valora que, en la práctica, la única modificación que supondría el cambio de segundo a tercer grado sería prescindir de esa pulsera. Así pues, por el momento, mantiene el segundo ante la gravedad de los delitos cometidos por Cardona.
El expolítico lleva en la cárcel desde el mes de julio de 2013, cuando la Audiencia Provincial le impuso la que entonces fue la condena más dura impuesta jamás a un cargo público español por un delito de corrupción. La sentencia, que más tarde fue ratificada de forma íntegra por el Supremo, valoraba que, junto a Antónia Ordinas y Kurt Viaene, Cardona saqueó durante cuatro años el Consorcio de Desarrollo Industrial de Balears. Los otros dos principales acusados reconocieron los delitos y, tras un pacto con la Fiscalía Anticorrupción asumieron condenas inferiores a los cuatro años de cárcel que ambos ya cumplieron hace años. Cardona es el único preso por corrupción en las Islas que no ha accedido al tercer grado.