El supercontagiador de COVID-19 que infectó a 22 personas en Manacor ha sido despedido. El incumplimiento manifiesto de las normas de seguridad e higiene dictadas por las autoridades competentes provocó el despido del trabajador del turno de noche del obrador de Can Tòfol.
Fuentes próximas al caso sostienene que este hombre, de 40 años, fue a trabajar con síntomas de coronavirus. Durante su jornada laboral se bajaba la mascarilla, tosía y siempre estaba haciendo bromas con sus compañeros de que iba a contagiarlos.
Los responsables del Forn de Can Tòfol explicaron a la televisión autonómica IB3 que el supercontagiador nunca trabajó para ellos. «Es una persona que estaba contratada por un proveedor, pero nunca por nosotros. No tenemos nada que ver y fue despedido», comentaban los responsables del establecimiento.
El hombre, pese a dar positivo en una prueba PCR, trató de esconder su enfermedad y siguió haciendo vida normal. Al menos en una ocasión acudió al trabajo con 40 de fiebre, lo que disparó todas las alarmas entre sus compañeros. Muchos de ellos enfermaron después.
El acusado no quiso declarar en sede policial y fue puesto en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial.