«Para ver cómo afectan unas medidas hay que esperar entre 10 y 15 días». Es una frase que se repite prácticamente todas las semanas en las ruedas de prensa de la Conselleria de Salud. Este lunes no fue una excepción. El portavoz del Comité para la Gestión de Enfermedades Infecciosas, Javier Arranz, insistió en que es algo en lo que coinciden todos los expertos, ya que «una semana es un periodo muy corto para tomar decisiones» después de que las restricciones se hayan relajado en el último BOIB.
La respuesta viene motivada por la insistencia de la hostelería ibicenca de que relajen las restricciones cuanto antes. Los hosteleros exponen que los datos epidemiológicos de Ibiza son mejores que los de Menorca, y que en esta última isla cuentan con más libertades.
Analizando los datos epidemiológicos facilitados este lunes por la Conselleria de Salud, se observa que Ibiza tiene una incidencia acumulada a 14 días de 37 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que en el caso de Menorca es de 56. La IA14 de Formentera es de 16 y la de Mallorca es de 55, para hacer un total en la Comunidad de 61 casos por cada 100.000 habitantes.
Además, si se cogen los contagios de la última semana, la IA7 de Ibiza es de 18, por lo que la proyección es que la IA14 se mantenga estable e incluso baje ligeramente. También se espera que baje en Mallorca, donde la IA7 es de 26; y en Formentera no ha habido casos.
Peor son las cifras de Menorca, donde la aparición de cuatro brotes han disparado las cifras de la última semana y la IA7 es de 47, si bien desde la Conselleria señalaron este lunes que la situación está controlada y que no se espera que aumente más.
En este sentido, Arranz recordó el objetivo de las Islas de situar la IA14 por debajo de 50 casos, por lo que defendió la necesidad de mantener la desescalada lenta. «No se puede ir más rápido que el virus porque ir más rápido supone más posibilidades de equivocarse», razonó.
El doctor argumentó, además, que la relajación de las medidas no solo está siendo lenta sino que se está llevando a cabo en las ámbitos de menor riesgo, por ejemplo, en las actividades al aire libre. «Con una menor incidencia acumulada, se pueden hacer más cosas, pero manteniendo las medidas de seguridad», apuntó.
Punto de partida
Arranz no fue el único que insistió en esta idea de esperar dos semanas. El portavoz del Govern, Iago Negueruela, minutos antes, explicó que el Ejecutivo toma sus decisiones en función de los criterios que les marcan los técnicos: «Haremos caso a nuestros expertos».
En el caso concreto de Ibiza y en la comparación con Menorca, Negueruela señaló que la isla «tiene una buena evolución, pero partía de una situación mucho peor» y por eso las restricciones son más duras pese a tener una incidencia mejor que la de Menorca, ya que explicó que en esta isla llevan más tiempo con una situación controlada.
El portavoz expuso que «las medidas están funcionado y hay que seguir con la desescalada lenta y con las revisiones cada 15 días». «Sabemos que es un esfuerzo importante y hablaré con los sectores afectados. No hay ningún problema en reunirnos con ellos las veces que hagan falta. Estamos en un proceso muy importante de cara a la apertura exterior de la isla a los diferentes mercados internacionales», concluyó.
Fin del estado de alarma
Por otro lado, Arranz también fue cuestionado por la posibilidad de endurecer las restricciones una vez que se finalice el estado de alarma como medida de prevención ante una previsible mayor movilidad. Arranz descartó esta idea: «El final del estado de alarma no va en relación con unas mayores restricciones. Serán los números los que nos hagan tomar las decisiones».