El pasado 4 de enero a las 18:05 horas, en pleno corazón de la Cala de Sant Vicent, en Sant Joan, saltaba la alarma cuando las llamas devoraron el Hidden Bar, ubicado junto a la playa. El vídeo de la gran bola de fuego y la densa columna de humo se hizo viral en las redes. En cuestión de tres horas, el trabajo de los nueve efectivos del cuerpo de bomberos, que se desplazaron hasta el lugar en cuatro vehículos, acabó con el incendio que calcinó las instalaciones del establecimiento.
El alcalde de Sant Joan, antoni Marí, Carraca, afirmó que están en contacto con la propiedad, según sus palabaras, «me consta que (la propiedad) se está planteando qué puede hacer y cómo puede hacerlo, y que su intención es restablecer la zona al estado anterior al desafortunado incendio». Aunque afirma que no puede hablar de plazos, insiste en que le consta que «están trabajando en este tema».
Cuatro meses después, mientras Sa Cala se va preparando para recibir la temporada, por incierta que se presente, los restos del incendio siguen igual. Los vecinos de la zona, están convencidos de que no pasará mucho tiempo hasta que los responsables del establecimiento restablezcan el espacio.
Así lo expresa Pedro Guasch, miembro de la asociación de vecinos de Sa Cala de Sant Vicent, que recuerda que «es una desgracia que sucedió el pasado enero y no todavía no sabemos las circunstancias. Imagino que el propietario lo pondrá al día para recibir la temporada como toca». Ante la posibilidad de que las instalaciones atraigan okupas a la zona reconoce que «es un temor que en estas circunstancias cualquiera lo tendría, espero que no suceda», en cuanto a que pueda ser foco de futuros incendios opina que «pasar, puede pasar, aquí o en cualquier otro lugar, imagino que el propietario lo tiene en cuenta y seguro que no tardará en arreglarlo, tenemos confianza en ello».
Otro vecino, Cosmi de Sa Cala, pasea por la zona y asegura que vió al propietario «ayer mismo» (por este martes), y que éste le afirmó «que lo quiere reformar para el verano, pero que está pendiente del seguro». «Por lo que lo que yo sé», afirma el vecino, que vive a pocos metros del restaurante siniestrado, «no ha llegado a haber nadie allí viviendo, aunque sí hubo unos días una auto caravana».
Cosmi se cruza con otro vecino, Juan, que se une a la conversación, pero desde un punto de vista más escéptico respecto a la inminente reforma del establecimiento para esta temporada, “yo le he visto (al dueño del restaurante) venir un par de días pero no lo he visto más”. Juan opina que tal vez el propietario del establecimiento, que llevaba pocas temporadas abierto, no lo tenga del todo claro frente a la incertidumbre de esta temporada .