Los datos de 2020 del Consell Balear de la Producción Agraria Ecológica (CBPAE) y registrados en el Informe 2020 de Sostenibilidad de IbizaPreservation -actualmente en fase de elaboración-, demuestran la agricultura ecológica se mantiene como un sector en alza en Ibiza, a pesar del importante retroceso en la producción agroalimentaria pitiusa entre 2017 y 2019, que cae un 30%.
Los productores y elaboradores ecológicos han aumentado un 5,3% en Ibiza en 2020. En concreto, el año pasado hubo 99 productores, lo que significó un aumento del 4,4% -gracias a los 4 nuevos operadores de 2020- y del 7,3%, en el número de elaboradores con 44 en total.
También ha crecido la superficie agrícola ecológica inscrita en el CBPAE en 2020 en Ibiza con la incorporación de 22 nuevas hectáreas, lo que supone un incremento del 2,8% respecto 2019.
En cuanto a municipios, Santa Eulària sigue a la cabeza en superficie dedicada a la agricultura ecológica, con 266 ha (el 33,5% del total). Le sigue Sant Antoni con 182 ha (22,9%), Sant Josep con 179 ha (22,6%), San Joan con 160 ha (20,2%), y, por último, Ibiza con 5 ha (0,6%).
La industria agroalimentaria también sigue creciendo en Ibiza, y dentro de ésta, los negocios que comercializan productos ecológicos al por menor, que en 2020 ya eran 13 en la isla. No obstante, las Pitiusas siguen dependiendo absolutamente de las importaciones
exteriores por lo que desde el Observatorio de Sostenibilidad de Ibiza insisten en la importancia de promover la producción local. Tal como afirma su coordinadora técnica, Inma Saranova, «la isla debe consolidar modelos de cultivos respetuosos con el medio ambiente que contribuyan a conservar el paisaje y los recursos naturales».
El proyecto Ibiza Produce de IbizaPreservation lleva casi tres años trabajando en esta línea. Aún así, la directora de IbizaPreservation, Sandra Benbeniste, va un paso más allá y apunta hacia la agricultura regenerativa «como una reformulación del sistema y de la gestión que permita potenciar los procesos de la propia naturaleza para regenerarse a sí misma, pasando de un modelo lineal de coger-usar-tirar a uno circular, a uno en el que se reaprovechan los residuos».