Más de 200 colombianos residentes en la isla de Ibiza se dieron cita este sábado en el Paseo de Vara de Rey para denunciar la «dolorosa situación» que están sufriendo sus compatriotas en Colombia ante la represión del Estado ante las protestas ciudadanas que se están saldando con un importante número de jóvenes muertos y desaparecidos.
El acto dio comienzo a las 19 horas con la lectura de un manifiesto de apoyo a los compatriotas represaliados. «Los colombianos no están solos», aseguraba el manifiesto. «Hoy tus hijos», desde la distancia, «te lloramos y te acompañamos».
Posteriormente se procedió a escuchar el himno nacional. Doscientas gargantas entonaron la letra emocionadas y, al finalizar, lanzaron numerosos «¡Viva Colombia!».
Tras un minuto de silencio, representantes de diferentes colectivos tomaron la palabra para expresar su sentir por la situación que está viviendo el país. En representación de las madres colombianas tomó la palabra Amparo Zúñiga, quien manifestó un profundo «sentimiento de dolor e impotencia por la situación de barbarie» que está viviendo Colombia. «No importa lo dura que sea la noche», aseguró Zúñiga, «siempre hay un amanecer».
La representante de las madres colombianas en Ibiza rechazó «la presencia del ejército en las principales ciudades del país», una presencia militar que llega acompañada de «violaciones y desapariciones».
Asimismo, criticó «las órdenes de exterminio» que desde el gobierno colombiano «han dado contra los jóvenes del país». «Es inaceptable que una madre pierda a un hijo a causa de tanta barbarie», manifestó emocionada.
En representación de los jóvenes colombianos tomó la palabra el psicólogo Sebastián Zapata, que destacó el «anhelo de cambio» que tiene su patria después de 15 días de protestas por diferentes medidas adoptadas por el presidente colombiano Iván Duque.
Según relató Zapata, estas protestas auspiciadas por los jóvenes «en paz» han sido «tergiversadas», lo que ha derivado en la dramática situación en la que se encuentra Colombia en los últimos días, todo ello aderezado por una economía desestabilizada y un ambiente preelectoral que poraliza más si cabe las posturas.