El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, no ve con malos ojos la propuesta planteada el pasado lunes por su socio de gobierno de El Pi, Joan Torres, de que colabore el arquitecto y abogado mallorquín Toni Ramis en la reorganización del área de Urbanismo.
Serra reconoció que el Ayuntamiento cuenta desde hace tiempo con los servicios de Ramis como arquitecto externo «y tenemos mucha confianza en él». De hecho, el primer edil reconoció que ya se había puesto en contacto con el arquitecto mallorquín y que su visión de reorganización de la concejalía de Urbanismo no dista mucho de la planteada en un principio por el Consistorio y que se llevó a votación en el último pleno municipal.
Concretamente, esta propuesta supuso el primer gran desacuerdo entre los socios de gobierno del Consistorio puesto que Torres, pese a haber pactado con PP y Ciudadanos que se daría vía libre al alcalde para remodelar y dirigir Urbanismo, consideró precipitarlo llevarlo a pleno tan pronto y optó por votar en contra de la propuesta.
En rueda de prensa, el edil de El Pi reconoció que no le había sentado bien que se pidiera el voto de Podemos para poder tramitar la remodelación de urgencia. «Habiendo un gobierno sólido me sentó como una bofetada», aseguró el concejal regionalista.
Asimismo, y pese a renunciar en al menos dos ocasiones a gestionar la Concejalía de Urbanismo, que ya había llevado su partido durante toda la pasada legislatura con dos concejales diferentes, Torres apuntó a la necesidad de contar con más personas estable en el departamento «para no tener que depender de empresas exteriores».
Hay que recordar en este sentido que incluso el presidente balear de El Pi, Toni Amengual, reconoció en una entrevista concedida al Periódico de Ibiza y Formentera que «en la pasada legislatura no se acertó con el tema del urbanismo, por eso esta vez ya acordamos que no cogeríamos este departamento, y se decidió que dejara hacer y que el departamento funcionara como corresponda».
La propuesta rechazada en el Pleno del mes de mayo por los partidos de izquierdas Joan Torres pretendía dividir en dos el área de Urbanismo para dotarle de una mayor agilidad.
En dicha propuesta se prescindía de la plaza de jefe de Urbanismo y se creaban dos áreas diferenciadas: una técnica y otra jurídica.
La primera de ellas estaría dotada con dos arquitectos, dos aparejadores, un inspector de actividades, un técnico de actividades, un delineante y un celador.
La segunda área, la jurídica-administrativa, estaría formada por un Técnico en Administración General (TAG), en este caso jurista y que estaría encargado del departamento, dos administrativos y dos auxiliares administrativos.