La línea marítima entre Ibiza y Formentera cuenta desde este lunes con cuatro trayectos más por sentido, merced al inicio de las operaciones de la naviera FRS. Este incremento de frecuencias supone que las administraciones (Consell de Formentera, Govern balear y Autoridad Portuaria) se alejen más del objetivo que se marcaron en junio de 2020 de reducir un 30% el número de frecuencias por criterios de seguridad, medioambientales y de optimización y mejora del servicio, con un empleo más racional de los buques.
Desde la máxima institución de la pitiusa del sur volvieron a solicitar este lunes que las administraciones competentes «trabajen conjuntamente para garantizar la seguridad en el puerto y en el trayecto entre islas, la sostenibilidad y la protección del Parque Natural de ses Salines y la calidad del servicio».
Asimismo, calificaron de «inaceptable» que la entrada de nuevas empresas «suponga un aumento de las frecuencias sin ningún orden». De hecho, recordaron que día de hoy hay «más de 140 frecuencias y hasta cuatro salidas simultáneas de las que sólo se ocupan un 30% de las plazas ofertadas».
Esto implica, según el Consell, «falta de seguridad en el puerto, masificación y desorden en el puerto y pueblo de la Savina y contaminación innecesaria del Parque Natural».
Ante la entrada del nuevo operador, la institución formenterense volvió a solicitar a la Autoridad Portuaria de Baleares que garantice la seguridad marítima en el puerto, vele para que no se realicen más de dos maniobras simultáneas y «dé cumplimiento al acuerdo de junio de 2020 de disminución de frecuencias marítimas en la línea regular» entre las Pitiusas.
Asimismo, volvieron a pedir al Govern que tome las medidas necesarias para garantizar la protección del Parque Natural y de la posidonia, así como aprobar el decreto de transporte marítimo para garantizar la calidad y la necesidad del servicio entre islas».