El calor de ayer por la tarde no fue impedimiento para que decenas de personas se acercaran, como suele ser tradicional cada 5 de agosto, a la Catedral de Ibiza para rendir un emotivo homenaje a Santa María, patrona de Ibiza.
Igual que el año pasado, esta celebración estuvo regida por las normas sanitarias de prevención contra la expansión del coronavirus.
A las 19.00 horas dio comienzo la tradicional misa solemne, que estuvo seguida de la ofrenda floral y la demostración de ball pagès.