Mañana a las 21.30 horas la banda canaria Efecto Pasillo ofrecerá un concierto en el Recinto Ferial de Ibiza que forma parte de su gira 1Diez Tour con el que están celebrando su primera década desde que publicaron su primer disco bajo el nombre de la banda. El cuarteto, compuesto por el vocalista Iván Torres, el batería Javi Moreno, el guitarrista Nau Barreto y el bajista Arturo Sosa, nació en Gran Canaria en 2007, cuando se presentaron a un concurso de bandas con su primera maqueta, titulada En el aire, y rápidamente consiguieron un gran éxito con su primer sencillo, titulado Chacho. Desde entonces se han consolidado gracias a un estilo muy particular que combina distintas músicas con letras optimistas y cargadas de buen rollo como No importa que llueva, Pan y mantequilla, Cuando me siento bien o Similares. A pesar de todo, la de mañana será su primera actuación en Ibiza y de ello y de otras muchas cosas más hablamos en Periódico de Ibiza y Formentera con el vocalista del grupo, Iván Torres.
¿Cómo puede ser que en todo este tiempo y con su estilo de música no hayan actuado nunca en la isla?
—Pues eso mismo nos preguntamos nosotros. Y no hemos llegado a ninguna conclusión clara (Risas).
¿Cómo afrontan el concierto del sábado en el Recinto Ferial?
—Con una mezcla de alegría por volver a subirnos a un escenario que es lo que realmente nos gusta y más después de un año del que venimos en el que todo ha sido tan complicado. Pero también con ciertos nervios de ver como saldrá todo ahora que con las mascarillas y las sillas, sin poderte mover, todo es mucho más difícil para todos.
2020 era un año muy especial para ustedes porque cumplían diez años de su primer disco pero llegó la pandemia. ¿Como lo han vivido?
—Pues fue un palo muy grande porque 2020 era un año muy importante para nosotros y además pintaba muy bien. Nos pilló viniendo de México, donde habíamos disfrutado mucho con conciertos en América Latina, y cuando llegamos a España nos encontramos con la realidad. Nos quedamos totalmente parados, sin poder hacer la gira del décimo aniversario y sin poder grabar el nuevo disco. Afortunadamente ahora todo parece que poco a poco vuelve a la normalidad y esperemos que en el 2022 se aclare todo de una vez por todas.
Habla de que en 2021 todo poco a poco vuelve a la normalidad. Por lo menos ustedes han conseguido retomar su gira 1Diez Tour.
—Es cierto y por eso estamos muy felices porque todo lo que sea celebrar y en buena salud es una buena noticia. Y además celebrar un tiempo que ha sido muy bonito y muy intenso, marcado por el inmenso cariño que nos ha mostrado el público. Eso es algo que no se paga con dinero.
¿Y cómo se ven dentro de diez o veinte años?
—Pues la verdad que no lo sabemos. Ojalá que pudiéramos ser como los Rolling Stones, unos viejitos a los que nada puede y que siguen haciendo vibrar al público con su energía sobre los escenarios. Pero eso es algo que nunca se sabe. De momento, aunque seguimos con las mismas ganas de hacer canciones que el primer día, tenemos que ir paso a paso y lo siguiente es presentar en primavera del 2022 nuestro quinto disco e ir sacando adelantos durante los próximos meses.
Después de un año tan duro, ¿cómo les gustaría que el público recordara esta gira y este concierto?
—Fundamentalmente como el concierto que marcó una cierta vuelta a la normalidad. Como aquel que les devolvió la sonrisa, la buena onda y las ganas de volver a disfrutar de la vida y del momento. Ojalá este concierto sirva para devolverles la alegría y la luz que en ocasiones se perdió durante el 2020.
En este sentido, Efecto Pasillo se caracteriza por un estilo muy marcado, lleno de sonido fresco y letras desenfadadas, repletas de optimismo ¿Como nació la idea de hacer este estilo de música?
—No se muy bien la verdad. No fue un concepto claro sino que fue surgiendo gracias a nuestro promotor Tato Latorre, quien después de escuchar nuestros primeros temas en los que había influencias de todo tipo nos propuso unir todo lo que llevábamos dentro para transmitir luz, diversión y buen rollo. Y creo que mereció la pena porque ante todo la música es diversión.
¿Es cierto que en los orígenes veníais del heavy, del rock o del rap?
—(Risas) Es verdad. En nuestros inicios nuestro batería Nau era muy heavy, Javi siempre ha sido más rockero, Arturo ha sido más de reggae y rap y tal vez yo era el que tenía algo más de predilección por la canción de autor sin perder de vista también el reggae. Cada uno tiraba para lo que más le gustaba pero al final conseguimos fusionarlo y crear un estilo que creo que es fácilmente identificable para el gran público.
¿Cuál ha sido el secreto para seguir haciendo lo mismo sin perder la esencia?
—Siempre intentar buscar el lado optimista a todo lo que nos rodea. Todo el mundo, incluyendo las bandas de música pasan por sus buenos o malos momentos pero creo que todo tiene su lado positivo que hace que no te vengas abajo. Siempre hay algo que te anima a abrir las ventanas y encontrar un mensaje de esperanza.
Diez años en la industria musical les habrá regalado buenos y malos momentos, ¿Qué es lo mejor de dedicarse a la música?
—Sin duda sentir que una canción puede generar ganas de vivir la vida con otra óptica. También ver como algo que tu has compuesto y creado en un pequeño estudio puede transmitir tan buenas sensaciones a quien lo escucha y como puede llegar a erizar la piel. Ver como se generan momentos mágicos en torno a un estribillo o a una tonada no tiene precio. Eso es la cosa más maravillosa que provoca la música.
En los últimos meses han versionado canciones y han seguido teniendo un gran éxito. ¿Cuál cree usted que es la canción más emblemática del grupo?
—Esa es una pregunta muy difícil (Risas). Tal vez podría ser Pan y mantequilla porque fue la que supuso un pequeño cambio en la banda y porque hay mucho público al que le hace bien. Además tiene una mezcla de todo tipo de ritmos que la hace muy especial. Pero también estaría No importa que llueva o Similares, que presentamos en 2020 y que es un poco diferente a lo que hemos hecho hasta ahora.