El objetivo está cumplido para Karen Killeen, dar visibilidad a la crisis climática hasta llegar al punto de lograr una reunión con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
La activista del movimiento ‘Extintion Rebellion' afincada en Ibiza inició el 28 de agosto su ayuno por el planeta. Ayer, tras 33 días y medio de no ingerir alimentos sólidos, rompió en Madrid la huelga de hambre. Con ella estaba Grian A. Cutanda, activista social y medioambiental, ambos son los últimos de una acción global que llegó a movilizar a más de 400 personas en 26 países.
Los dos se desplazaron el pasado lunes a Madrid para continuar con su protesta. Reivindican una acción urgente del Gobierno contra la crisis climática y solicitan la celebración de una asamblea ciudadana elegida aleatoriamente que refleje las sensibilidades de toda la sociedad y que, asesorada por la comunidad científica, tome decisiones vinculantes para actuar frente al cambio climático.
El mismo lunes presentaron una petición en el registro del Ministerio de Transición Ecológica para tener audiencia con la ministra.
En un primer momento se les concedió una charla telefónica, pero ellos insistieron en tener una reunión presencial y se instalaron frente al Ministerio para continuar su reivindicación. Finalmente el miércoles les informaron de que habría reunión cara a cara que se celebró esa misma tarde con Teresa Ribera y su director de gabinete, Marc Pons.
Reunión infructuosa
Killeen y Cutanda constataron que existe un conocimiento por parte de los responsables del Ministerio de «la gravedad de la emergencia climática». Sin embargo la ministra les dijo no poder hacer más de lo que se hace actualmente y, si bien existe el proyecto del Ministerio de organizar una asamblea ciudadana, los activistas no obtuvieron el compromiso de que esta cumpliera con los requisitos de la OCDE.
«Salgo con una sensación agridulce, por una parte hemos conseguido que la urgencia del cambio climático llegue a mucha más gente. Por la otra no salgo contento porque me hubiera gustado llegar a algún acuerdo», manifestó Grian A. Cutanda tras la reunión.
Ayer a las 15:00 horas ambos rompieron su ayuno comiendo una sopa de verduras, dado que una comida más contundente no sería aconsejable tras tanto tiempo sin ingerir alimento sólido.
Urge el activismo
Killeen indica que la situación ha llegado a un punto en que no es suficiente la acción responsable individual contra el cambio climático, sino que es necesario que el ciudadano se convierta en activista, salga a la calle y participe en estas acciones de desobediencia civil para evitar el desastre ecológico al que el mundo se ve abocados si no se actúa de forma contundente e inmediata.
En este sentido recordó las graves consecuencias establecidas por el informe IPCC publicado por la ONU en agosto que alerta de que si no hay una reducción drástica de las emisiones de CO2 la temperatura del planeta aumentará irremediablemente en más de 2ºC en las próximas décadas con consecuencias desastrosas que podrían llevar a cientos de millones de personas a dejar sus casas.
Del 18 al 25 de octubre Extintion Rebellion junto a otras organizaciones realizarán acciones no violentas de desobediencia civil en las calles de Madrid.