¿Sería posible un transporte entre Ibiza y Formentera más sostenible de lo que lo es actualmente? Los barcos empleados por las navieras que realizan esta línea entre las Pitiüses «respetan toda la normativa medioambiental» existente en estos momentos para los motores que emplean, según explica el delegado de la Asociación de Patronales de Empresarios de Actividades Marítimas de Baleares (APEAM), Rafael Cardona. Sin embargo, hay quienes opinan que se puede ir más allá y buscar la ansiada sostenibilidad mediante el empleo de embarcaciones eléctricas que, en estos momentos, ya funcionan en lugares como los fiordos noruegos o las islas danesas de Aero y Als.
En el caso de Noruega, el Future of the Fjords, con capacidad para 400 pasajeros, navega entre los fiordos desde 2018. Se trata de un buque de la naviera The Fjords cuya construcción costó 15 millones de euros. Tiene 40 metros de eslora por 15 de manga, navega a una velocidad de crucero de 16 nudos y está construido íntegramente en fibra de carbono. El principal problema, la carga de sus baterías, fue resuelto por la naviera con la construcción de un Power Dock flotante que permite que la embarcación cargue la energía que necesita en unos 20 minutos y que, a su vez, toma la electricidad del puerto lentamente. Realiza unos 700 viajes al año entre los puertos de Flam y Gudvangen. Los mismos viajes que su gemelo, el Legacy of the Fjords, con un par más de metros de eslora y características similares.
En Dinamarca, es el E-ferry Ellen el que, con financiación de la UE, une las islas de Aero y Als. La iniciativa partió del Ayuntamiento de Aero y el resultado es un barco con capacidad para transportar 30 vehículos y 200 pasajeros en un trayecto de 22 millas náuticas. Se trata de un buque ro-ro con 57 metros de eslora y una velocidad de crucero de 15 nudos que no emite contaminantes.
«Como un autobús»
Experiencias como estas llevan a plantearse esta posibilidad para la línea Ibiza- Formentera, que discurre a través de un parque natural. Sin embargo, el delegado de APEAM, Rafael Cardona, no cree que este tipo de transporte tenga futuro en las Pitiüses. Asegura que los usuarios de esta línea, sobre todo los residentes en Formentera, necesitan un servicio «que funcione como un autobús».
Es decir, trayectos que se realicen en el menor tiempo posible y con numerosas frecuencias. Algo que, en su opinión, no se puede ofrecer con una embarcación 100% eléctrica. «Aquí prima la velocidad», asegura, «los ferries no bajan de entre los 23 y los 27 nudos. Y eso no lo puede hacer un barco eléctrico, que tiene una velocidad sensiblemente inferior. Además, ralentizarías las frecuencias porque necesitas cargar las baterías».
Esta carga es otro de los factores que, según Cardona, impediría el éxito de los barcos eléctricos en las Pitiüses. Y es que, según explica, tendría que ser la Autoridad Portuaria de Baleares la que instalara los sistemas de carga en los puertos de ambas islas. «Las instalaciones», abunda el delegado de APEAM, «dependerían de la Autoridad Portuaria, no de las navieras privadas. Esto es como la pista de un aeropuerto y dependes de la Administración».
Cardona hace especial hincapié en el hecho de que este tipo de proyectos sostenibles cuentan con el respaldo de las administraciones, mientras que en las Islas «son las empresas privadas las que tienen que hacerse cargo». Y añade que «para bien o para mal, nosotros no somos Noruega y no podemos compararnos». «Esas líneas», añade en referencia a las que se realizan con embarcaciones eléctricas, «están pagadas por el Estado y eso aquí no sucedería así».
Esfuerzo de las navieras
El delegado de APEAM considera que, hoy en día, los barcos que prestan servicio entre Ibiza y Formentera son más que adecuados para las exigencias de sostenibilidad de la Administración y de los propios usuarios. Recuerda que el más antiguo «es de 2017», salvo en el caso de la nueva naviera lowccost, que da servicio «con barcos de 40 o 50 años». No cree, por este motivo, que sea necesario promover una movilidad entre ambas islas netamente limpia en lo que al medio ambiente se refiere.
«Las navieras de aquí han hecho grandes esfuerzos en los últimos años para adaptarse a estas exigencias medioambientales», subraya Cardona, «y todos los buques rápidos cumplen con las condiciones que se imponen a los motores de combustión interna que utilizan». Sin embargo, deja también muy claro que son las necesidades de los usuarios las que acaban por imponer una forma de actuar por parte de las navieras.
Y cita el ejemplo del barco Passió per Formentera de Baleària, presentado en su día como un buque a la última en lo medioambiental pero que, finalmente, se trasladó a Ceuta porque, por su capacidad, no tenía sentido que prestara servicio en las Pitiüses: «Allí, por el número de usuarios, que es muy elevado, hace cuatro o cinco frecuencias diarias pero aquí, con la gente que hay, solo hubiera hecho un viaje de ida y otro de vuelta al día. ¿Cuántos formenterenses cree que hubieran estado dispuestos a esperar tantas horas para coger un barco?».
Una isla cada vez menos contaminante
La apuesta de Formentera por el medio ambiente viene de lejos. Desde hace años, los diferentes gobiernos de la isla han buscado formas de vincular a la menor de las Pitiüses con la lucha por la sostenibilidad. Ahora, la irrupción del barco eléctrico como medio de transporte es contemplada desde el Consell Insular como una posibilidad «idónea» teniendo en cuenta que la línea entre Ibiza y Formentera «es parque natural».
La presidenta de la institución, Alejandra Ferrer, apunta que, además, la existencia de ayudas europeas para este tipo de proyectos es «una oportunidad» que debería ser aprovechada por las navieras «y las administraciones competentes» con el fin de «poder hacer frente a las inversiones que supone ese cambio de infraestructuras necesarias para adaptar las embarcaciones y los propios puertos».
Tanto es así que la institución insular ya ha solicitado dinero a los fondos Next Generation de la UE para «un proyecto de descarbonización de la conexión marítima Ibiza-Formentera». Línea que el Consell presenta en su petición como «una de las que mayor densidad de tránsito presenta en el Mediterráneo».