La ocupación hotelera en las Pitiüsas ha caído en septiembre un 19,1% respecto al mismo periodo del año 2019, que sirve como referencia de la época prepandemia. Si la temporada anterior a la llegada de la Covid-19 se llenaron en septiembre el 86,23% de las camas de los hoteles, este año el sector se ha tenido que conformar con tan solo el 69,78%
La caída más acusada la sufre la isla de Ibiza, con un 20,5% menos de ocupación que hace dos años, cuando se alcanzó el 86,51%. En este sentido, Santa Eulària es la zona turística donde ha habido menos ocupación y, además, un mayor descenso, con un 26,7% menos de huéspedes; seguida de Sant Josep (un 23,9% menos) e Ibiza (un 22% menos). Por su parte, el norte de la isla y Sant Antoni y la bahía de Portmany son las zonas que mejor han resistido la bajada, con un 17,9% y un 15,9% menos de ocupación que en 2019, respectivamente.
Asimismo, aunque también a la baja, la isla de Formentera resiste a los estragos causados por la pandemia. En la Pitiusa sud han registrado una caída menor, del 6,6%. Allí la ocupación se ha situado en el 78,09%, diez puntos por encima de la isla de Ibiza. Si bien es cierto que hace dos años la ocupación fue tres puntos inferior a la de la mayor de las Pitiusas.
Balance de la temporada
Las cifras del arrastre de la temporada, que reflejan la media de ocupación que ha habido desde el mes de mayo hasta septiembre, arrojan un importante descenso en comparación al año 2019. Hace dos años la temporada en las Pitiusas se saldó con una media del 86,03% de ocupación y este año se ha quedado con tan solo el 62,99%.
Una vez más, la isla de Ibiza sigue siendo la más perjudicada de las Pitiusas, con un 26,82% menos de huéspedes en los hoteles que en 2019. Especialmente destacable es la caída de Santa Eulària, que se desmarca negativamente del resto de municipios, con un 35,08% menos de ocupación de mayo a septiembre. Sant Josep no se queda lejos, sufriendo una bajada del 30,59%. En cambio, en los municipios de Ibiza y Sant Antoni y el norte de la isla el descenso se sitúa entre el 22 y el 26%.
En cambio, el arrastre de la temporada en Formentera ha sufrido un descenso del 17,90%. En 2019 hubo un 77,17% de ocupación a lo largo de la temporada y este año los hoteleros se han tenido que conformar con el 63,36%.
Las valoraciones
Desde la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera (FEHIF), su gerente, Manuel Sentino, calificó de «buenos» los datos de ocupación, «en el sentido que hemos ido mejorado conforme avanzaba la temporada».
Sendino explicó que de estas cifras se puede extraer que «ha habido el mismo comportamiento del mercado que siempre», y que aunque «quedan todavía lejos del año 2019, vamos recortando distancias».
Por esta razón, confesó que «en el entorno en el que estamos, podemos celebrar estas cifras de ocupación». «Las previsiones, lamentablemente, son complicadas de hacer», afirmó a la pregunta de cómo se prevé la próxima temporada. Sin embargo, sí aseguró que «el futuro está mucho más despejado que el año pasado».
Igualmente optimista se mostró el director insular de Turismo de Ibiza, Juan Miguel Costa, quien además quiso destacar que estas cifras hablan «solo de planta hotelera, con unas 80.000 plazas. Después debemos valorar la ocupación de las viviendas vacacionales, con unas 20.000. Y las viviendas vacacionales han estado prácticamente llenas desde mayo». Por todo ello, confesó que «estamos por encima del escenario más optimista que habíamos planteado».