Los numerosos visitantes que acudieron durante la jornada de ayer al Cementerio nuevo de Sant Jordi y Sant Francesc se encontraron con la desagradable sorpresa de un gran vertido de aguas fecales que inundaba la calle de acceso al camposanto y que dejaba un hedor insoportable en el ambiente.
Los usuarios con los que habló ayer Periódico de Ibiza y Formentera describían la escena como un constante «río de agua pestilente» saliendo de las puertas de la depuradora. «Y no sólo eso, sino que por la tarde seguía allí todo el lodo y el mal olor que iba hasta la carretera de ses Salines», aseguraron.
En este caso, al contrario de lo que ha venido sucediendo en los últimos días con la depuradora de Vila, en la zona donde se ubica la estación depuradora de Can Bossa apenas hay alguna vivienda a la que puedan afectar los olores. El problema es que la afluencia estos días al cementerio de la localidad es más alta de lo habitual y, al encontrarse prácticamente pegada al camposanto, las molestias han sido más que evidentes para las personas que iban a visitar a sus difuntos.
Desde Abaqua informaron que, «debido a la acumulación de toallitas, trapos y otro tipo de restos parecidos que se han ido arrastrando a causa de las lluvias de las ultimas horas, se ha producido un atasco en dos bombas de elevación a planta, que son las que impulsan el agua desde el alcantarillado a la depuradora y que se encuentran en la entrada de la EDAR». Asimismo, indicaron que el vertido tuvo lugar en el aparcamiento de la depuradora y no afectó a terrenos colindantes. «Ahora se está procediendo a limpiar y a restituir el entorno», aseguraron.
Hay que recordar que Abaqua invirtió a lo largo de este año 506.353 euros en mejorar el tratamiento de aguas. Concretamente, las actuaciones se ejecutaron atendiendo a las necesidades de reposición de los equipos electromecánicos y a mejoras en el tratamiento.
Más de la mitad del presupuesto total asignado se destinó a la renovación integral de los decantadores centrífugos y a auxiliares, con una inversión de más de 268.000 euros.
Otra de las mejoras fue la rehabilitación del edificio de deshidratación de fangos, de las canalizaciones y cuadros eléctricos. También se renovaron la recepción de fosas sépticas y las bombas de recirculación interna de las balsas de tratamiento biológico.