Se acabó reunirse en un bar para conversar sobre la vida, se acabaron las miradas fortuitas cerca de la Font de Peralta y se acabó la incertidumbre por no saber cuándo se volverán a juntar todos, sin límite de aforo, en su ‘hogar'. Después de 20 meses, el Club de Jubilados de Sant Carles volvió a abrir sus puertas.
«Estamos felices de regresar. Se nos ha hecho muy larga la espera», destacó Josep Joan Marí, un residente del municipio. Ayer, decenas de vecinos pudieron celebrar la reapertura del centro echando su tradicional partida de cau.
Entre nostalgia y melancolía se reencontraron con los recuerdos personales que todavía guardan las cuatro paredes del club. «Hemos tenido varias pérdidas. Ocho vecinos que frecuentaban el local fallecieron a causa de la pandemia», recordó Toni Ferrer Torres, presidente del centro.
Normalidad
En este sentido, desde la directiva del local subrayaron que han vuelto prácticamente a la normalidad previa a la pandemia en cuanto a normas de funcionamiento. «Es obligatorio el uso de la mascarilla, pero no hay aforo», puntualizaron.
De todas formas, ellos lo tienen claro. «Pese a la eliminación de algunas restricciones, hemos decidido actuar con prudencia», afirmó el párroco de Sant Carles, Antonio Ferrer, mientras se ajustaba la mascarilla de manera que cubriera tanto la boca como la nariz.
Una cautela que también asume Juana Ferrer, la camarera que trabaja en el bar del local. «Llevo cuatro años trabajando aquí y me encanta. Los he echado mucho de menos», resaltó Juana mientras entornaba sus ojos vidriosos. El resto de vecinos empezó a compartir recuerdos e historias, siempre acompañadas de una copa de orujo o de pacharán. «Volvemos a sonreír después de mucho tiempo. Estas reuniones nos dan la vida», afirmó José Yern.
Su esposa, Catalina Torres, asintió al mismo tiempo que leía el periódico del día. «Nosotros somos de Santa Eulària, pero tenemos casa en Sant Carles. Que hayan abierto el centro es una gran noticia. En días como hoy solíamos venir siempre que podíamos», resaltó Catalina.
La alcaldesa de Santa Eulària, Carmen Ferrer, no quiso perderse este acto de reapertura y subrayó que los mayores son nuestro patrimonio más preciado y que hay que cuidarlos. En este sentido, quiso agradecer también a la directiva su compromiso y responsabilidad a la hora de cumplir con las normas de seguridad establecidas por el Consell de Ibiza.
Asimismo, cabe recordar que Sant Carles estuvo de fiesta la semana pasada, puesto que fue la celebración de su patrón. Por este motivo, que el centro pudiera reabrir el día de ayer significó mucho para los vecinos del municipio.
«Hemos escrito un poema para conmemorar este día, que está dedicado a las personas mayores de Sant Carles», destacaron desde la directiva.