Mientras la mayoría de ciudadanos celebrará la Nochevieja cenando con la familia o amigos y dispuestos a pasarlo todo lo bien que les permita la pandemia, profesionales como Sheila, Domingo o Álex permanecerán en sus puestos de trabajo velando por la seguridad y el bienestar de todos. Son muchos los efectivos que en una noche como la de hoy estarán de guardia en las Pitiusas. Con un poco de suerte, incluso podrán comerse las uvas.
Protección Civil
Domingo López es el jefe de la agrupación de Protección Civil en Sant Antoni y comenzará su guardia sobre las seis de la tarde. A modo de excepción, estos voluntarios se comerán este año las uvas con sus respectivas familias para, de inmediato, regresar a la sede de Sant Antoni. De hecho, en esta Nochevieja su traje de gala será el uniforme de Protección Civil.
«Nosotros, por rutina, durante los fines de semana tenemos a equipos de guardia en la base y siempre contamos con personal disponible para salir ante cualquier urgencia. Esta Nochevieja iremos a cenar con la familia, pero con el uniforme y en uno de los vehículos de Protección Civil por si surge algún aviso, salir corriendo», explica a Periódico de Ibiza y Formentera
Además, relata que suelen comenzar las guardias de los viernes sobre las seis de la tarde. Hoy a las nueve irán a cenar con sus familias y regresarán a la base justo después de comerse las uvas. Este 31 de diciembre habrá tres voluntarios en cada uno de los turnos, que se prolongan hasta diez horas. Esta agrupación cuenta en la actualidad con 48 efectivos.
Intoxicaciones etílicas o incendios en viviendas suelen ser las incidencias que más atienden en noches como la del 24 o el 31 de diciembre. «Parece mentira, pero esos días arden muchas cocinas», asegura Domingo López mientras confirma que cada agrupación «tiene su procedimiento y también en Sant Josep se organizan guardias estos días, sobre todo desde que ha empezado el Covid». De hecho, relata que desde Cáritas o desde gente que vive sola y está confinada «les piden ayuda para llevarles comida».
Según afirma este voluntario con más de 30 años de experiencia, las parejas, familiares o amigos entienden perfectamente que en una noche como la de hoy tengan que estar de guardia.
Policía Nacional
En la comisaría de Policía Nacional de Ibiza, uno de los agentes que estará hoy al pie del cañón, y que prefiere preservar su anonimato, explica que en realidad su dispositivo especial de vigilancia durante la Navidad comienza el 26 de diciembre y se extiende hasta el 9 de enero para garantizar la seguridad ciudadana en todas las fechas señaladas.
Los agentes en Ibiza afrontan la Nochevieja con el deseo de que no se produzcan demasiados incidentes: «Son noches en las que hay alcohol, pero es algo que también sucede en otras ocasiones y suele darse algún tipo de asistencia de carácter más humanitario porque son noches en las que se registran otro tipo de emociones y hay gente que puede sentirse sola». Y es que como confirma el agente a este periódico: «la Policía no está sólo para actuar cuando hay un delito, sino que se puede contar con nosotros para otras cuestiones».
Entre sus recomendaciones están las de evitar excesos con el alcohol o con cualquier tipo de sustancia tóxica y tener mucha precaución al volante: «Entendemos que especialmente los más jóvenes tienen muchas ganas de diversión, pero es una noche para pensar también en la gente que queremos y cuidamos y a quienes no debemos perjudicar nunca con nuestra forma de diversión».
Hospital Can Misses
En el servicio de Urgencias del hospital Can Misses, un equipo de 24 profesionales estará hoy de guardia. Entre ellos, nueve médicos, siete enfermeros o cuatro celadores.
La doctora Sheyla Sarrió volverá a comerse las uvas en el hospital, aunque reconoce que, en contra de lo esperado, la Nochevieja suele ser tranquila puesto que «las urgencias suelen ser algo relativo y quienes sufren una patología leve no vienen». De hecho, el 1 de enero de 2020 fueron atendidas 70 urgencias frente a las más de 110 registradas un día cualquiera.
En este sentido, recuerda que tras las cenas de fin de año los episodios de intoxicaciones etílicas o dolores abdominales son los casos más habituales asistidos en el servicio.
Desgraciadamente el coronavirus ha cambiado un poco todo. Antes de la pandemia, los sanitarios de guardia intentaban reunirse para cenar juntos algo especial y comer las uvas, siempre que el trabajo lo permitiera pero ahora ya no. «Está habiendo muchos contagios entre compañeros y el tema de la distancia social va a provocar que no hagamos nada como ya sucedió en mi guardia del 24 por la noche».
Incluso, el virus ha afectado al reparto de guardias. Normalmente se las intentan repartir pero los numerosos casos de contagios que se están registrando entre los sanitarios de Can Misses están obligando a los profesionales no positivos a trabajar prácticamente todos los días de fiesta. En su caso, tuvo guardia los días 24 y 25 de diciembre y también trabajará el 2 de enero, además de esta Nochevieja. «Las familias saben que esto es así y que nuestro trabajo no entiende de días ni de festivos. Es un estilo de vida y están acostumbrados. Al final, lo tomas así y se lleva bastante bien», explica Sheyla, quien al hacer balance del 2021 se decanta por que hayamos aprendido algo de todo lo vivido «para emprender 2022 con más esperanza».
Policía Local
En la Policía Local de Sant Antoni, el jefe operativo del cuerpo, Álex Ponce, confirma a Periódico de Ibiza y Formentera que, en años normales, en la noche del 31 refuerzan la presencia de efectivos en la vía pública. Sin embargo, con el Covid, y al cancelarse eventos como la fiesta de fin de año del ayuntamiento portmanyí, la labor policial en Nochevieja se va a centrar más en realizar controles preventivos para detectar posibles alcoholemias positivas en carretera, entre otras incidencias. Así, está previsto que coordinados con la Guardia Civil, la Policía Local lleve a cabo un dispositivo conjunto para garantizar la seguridad en el municipio.
Además, Ponce espera «no tener que realizar ninguna inspección en locales de ocio por llamadas de vecinos» ya que, según sus palabras, «la Nochevieja suele ser bastante tranquila en Sant Antoni» y porque para ellos «es mucho más problemática cualquier noche del mes de agosto».
Sobre su trabajo Ponce añade que las familias «son una parte más del equipo porque no es agradable cuando llegan estas fechas que suene el teléfono y lo tengas que dejar todo para ir».
Por último, aprovecha para pedir a los responsables de los locales de ocio autorizados y clientes que durante esta noche se respeten las normas y se eviten así más contagios: «No pasa nada por celebrar una Nochevieja más tranquila. Estoy convencido de que la próxima ya será la buena».