El Defensor del Paciente recibió en 2021 un total de 201 denuncias por negligencias médicas en Baleares, un 13% más respecto a 2020. Por islas, una de estas denuncias se interpuso contra el hospital de Formentera y 49 contra el de Can Misses, en Ibiza.
La presidenta de esta entidad de carácter nacional, Carmen Flores, reconoció que, con todo lo que está sucediendo en el ámbito sanitario, el número de denuncias es el esperado. «Lo que nos llega es, en realidad, una parte mínima de lo que está pasando en Baleares y, en general, en todos los territorios», manifestó.
Con la pandemia, problemas como la falta de personal o de recursos se han agravado y es algo que la situación actual ha sacado a relucir. «Son cuestiones que no se solventan porque no hay voluntad política para hacerlo. Es lo que nos esperábamos cuando los usuarios, sin tener nada que ver con el Covid, empezaron a denunciar que las listas de espera se estaban agravando. Baleares, desgraciadamente, es una de las peores comunidades en este sentido. Nos llegan también denuncias de médicos y enfermeras», aseguró la presidenta.
Flores destacó cómo han recibido en el Defensor del Paciente «alguna queja muy amarga» de sanitarios de Ibiza contrarios a la obligatoriedad de certificar un nivel determinado de catalán para poder trabajar en las islas.
Atender la salud
«Al final, lo que creemos importante es que haya médicos o enfermeros que puedan atender la salud y la vida de los ciudadanos. Lo demás no debe importar, al menos en este momento tan crítico de nuestra sanidad pública», lamentó también.
Sobre las denuncias registradas contra Can Misses, desde el Área de Salud aclararon que el Defensor del Paciente no es una institución pública y en las denuncias mencionadas no se estaría hablando de negligencias médicas sino más bien de quejas de tipo administrativo.
De hecho, destacaron el buen funcionamiento del servicio de atención al usuario en el Área de Salud que suele responder a las reclamaciones en cuestión de días. «Las quejas son más por cuestiones de demora o falta de información. Los pacientes, en general, están muy satisfechos y la información del Defensor del Paciente parece que pone en duda la atención que puedan recibir los usuarios», explicaron fuentes sanitarias.
Sobre ello, Carmen Flores manifestó que, cuando se producen deficiencias administrativas, quien lo sufre es el paciente, que puede padecer retrasos en su atención sanitaria. También si hay errores de diagnóstico se considera un fallo administrativo «puesto que es posible que el médico esté colapsado y haya errado en un diagnóstico que, es probable en estos momentos, haya tenido que dar por teléfono porque es algo que ha sucedido».
Flores reiteró que algunas quejas recibidas también se han debido a un trato inadecuado de los sanitarios hacia el paciente. «Algunas comunidades sopesan instalar cámaras de videovigilancia en las consultas y nosotros nos alegramos por ello», concluyó Flores.