La Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera resumió este viernes un 2021 «con muchas luces y algunas sombras a las que dar prioridad».
Según su técnica, Inés Roig, es positivo el aumento del consumo de agua desalada que desde 2019 supera a la de pozo. Algo que permite «la recuperación de los acuíferos y ser una sociedad más resiliente ante períodos de sequía» y por ello piden la cesión y puesta en funcionamiento del depósito de Sant Rafel, instalado en 2009, «para que llegue al pueblo».
Además, consideran positivo que se anunciara la licitación de dos redes de agua en Es Figueral, que Sant Josep haya mejorado las redes en Cala de Bou y Cala Tarida, que Sant Joan haya hecho lo propio en Portinatx o que Vila y Santa Eulària, aprobarán su Plan de Gestión Sostenible del Agua.
Avances en depuración
Con respecto a depuración, Alianza por el Agua aseguró que también en 2021 «registró avances e inversiones como la autorización después de siete años de la nueva depuradora de Portinatx» o las inversiones anunciadas desde Medio Ambiente destinadas a las depuradoras. También «son muy positivas» las mejoras en la depuradora de Can Bossa y en la de Sant Josep, así como la habilitación de depuradoras y sus afluentes de Sant Joan y Sant Vicent «para potenciar la biodiversidad».
Pese a ello, Inés Roig criticó que «una vez más se repiten los problemas habituales en Ibiza y que parecen cronificase». De hecho, la alianza recordó que la Comisión Europea ya ha tramitado una multa a España por la mala depuración del agua de la depuradora de Ibiza, «que tal y como vienen denunciando la Alianza desde hace largo tiempo, es la que genera el 98% del caudal mal depurado en la isla de Ibiza». Incluso, recordaron que «se preveía que podría estar lista para 2023 pero que las obras y su conexión se eternizan sin que parece que puedan llegar a su fin».
Por otro lado, en el año recién terminado se han detectado restos arqueológicos, que posiblemente supongan la paralización de la obra durante más de año y medio. En este sentido, Inés Roig aseguró que la depuradora de Sa Coma «debería ser declarada obra de emergencia, ya que es insostenible el impacto que genera medioambientalmente y a los ciudadanos» y criticó que «ante la previsible paralización de las obras las diferentes administraciones implicadas deben trabajar de forma conjunta y coordinada para aunar esfuerzos e intentar solventar los obstáculos y desatascar esta infraestructura a la mayor brevedad».
Plan hidrológico de Baleares
Por otro lado, en 2021 se han llevado a cabo las consultas públicas para el proyecto del Plan Hidrológico de las Islas Baleares 2022-2027 y la revisión del Plan de Riesgo de Inundación. Para ello, se han convocado varias mesas de trabajo y las Juntas Insulares del Agua, siendo estas herramientas, «fundamentales para permitir la participación de la ciudadanía y así poder trabajar conjuntamente en las problemáticas que cada isla enfrenta y sus soluciones particulares».
Puntos negativos de 2021
Por último, Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera también destacó una serie de aspectos negativos durante este 2021.
En este sentido, recordaron que las lluvias registradas «han vuelto a traer problemas recurrentes ya que se siguen produciendo los ya conocidos vertidos en el puerto de Ibiza y en el torrente de sa Llavanera». Algo que, según Roig, se debe «a que las infraestructuras y la falta de una red separativa provoca que la red o la depuradora se sature generando que estas aguas mixtas (residuales y pluviales) sean vertidas al mar, con el impacto negativo que ello genera», concluyó.