La asociación Ayuda en acción presentó el pasado 28 de enero en el campus universitario de la Universitat de les Illes Balears de Palma Mujeres que transforman el mundo. Historias de activistas por el clima en Baleares.
Se trata de una publicación que forma parte del proyecto Just1Planet con el que la asociación busca promover la participación y el activismo juvenil en Balears en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, con especial foco en la crisis climática, y por ello, la intención ha sido «poner en valor el papel de aquellas mujeres que contribuyen a la lucha frente a la emergencia climática en las islas desde ámbitos como la investigación, la docencia o el activismo».
Así, se ha recogido la historia de seis mujeres entre las que destaca la presencia de Hazel Morgan, presidenta desde hace años de la asociación ibicenca Amics de la Terra. Junto a ella, el resto de protagonistas son Margalida Ramis, responsable de Campañas de Territorio y Recursos del Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB); Marina Pérez Pascual, activista ecofeminista y defensora de la desobediencia civil no-violenta,; Olaya Álvarez, investigadora, profesora y doctora en Educación Ambiental; Mar Muñoz, coordinadora general del GOB; y Raquel Vaquer Sunyer, doctora en Ciencias Marinas y coordinadora del informe Mar Balear en la Fundación Marilles.
Cada una de ellas analiza a su manera la crisis climática así como las soluciones que ellas mismas están liderando para hacerle frente.
«Situación insostenible»
En su caso Hazel Morgan asegura en la publicación «que el sistema social y económico en el que vivimos, basado en el consumo desenfrenado y marcado por la economía neoliberal, es totalmente insostenible para la vida». Por ello, insta a salir de él aunque es consciente que «requiere de un cambio social y político muy grande».
Sin embargo, la presidenta de Amics de la Terra sostiene «que cada habitante tiene el poder de realizar pequeños cambios en su comunidad para favorecer la transformación del sistema» y asegura que es importante «ir a lo práctico para que el mensaje cale en la sociedad promoviendo actividades de sensibilización y formación dirigidas a la población joven y adulta».
De hecho, en el artículo detalla algunas de las que lleva a cabo la asociación ibicenca bajo el lema Piensa globalmente, actúa localmente y que van desde «contratar compañías eléctricas de suministros renovables hasta instalar energía solar de autoconsumo o establecer pequeñas comunidades energéticas de consumo de energía limpia y renovable». Además, Morgan propone «gestionar nuestros propios huertos, conocer los ritmos de la naturaleza y saber cómo cultivar los alimentos para cambiar nuestro modo de consumir, favoreciendo acciones más respetuosas con el medio ambiente» o «reducir el consumo de plásticos, cambiar dinámicas consumistas en cuanto a la ropa que usamos o los productos que compramos».
Asimismo, cree que para avanzar hacia el cambio «es necesario la promulgación de leyes que protejan el medio ambiente y regulen las prácticas nocivas» aunque es consciente «de que en muchas ocasiones, los lobbys obstaculizan el camino e inclinan la balanza hacia los intereses empresariales».
Por ello, Morgan señala que «es fundamental un cambio en el sistema político y económico hacia modelos de democracia real que permitan a la ciudadanía participar en la toma de decisiones y aumentar su capacidad de incidencia política».
Por último, Morgan que llegó a Ibiza en 1974 tras haber trabajado en Estados Unidos natal recuerda en la revista «que en Ibiza han existido movilizaciones para la protección del territorio y que ha habido avances legislativos en distintas áreas, como en la gestión de residuos, la incentivación de la agroecología o la protección de espacios como Ses Salines y Cala d'Hort» y que ha habido «otros que han sido tímidos» en los ámbitos del fomento de las energías renovables y en la depuración del agua.