Los niños de Ibiza y Formentera podrán jugar, correr y saltar a la hora del patio sin una incómoda mascarilla tapando sus bocas. A partir de mañana mismo, este complemento dejará de ser obligatorio en las zonas exteriores de los colegios de Baleares. Así lo acordó ayer la Conselleria de Salud en coordinación con la de Educación, siguiendo los criterios que aplicará desde este jueves el Ministerio de Sanidad. Educación ha mandado un escrito a todos los centros educativos para informar sobre esta decisión.
El jefe de Pediatría en el Hospital Can Misses, el doctor Bartolomé Bonet, reconoció ayer estar «bastante de acuerdo» con la eliminación de las mascarillas en el patio. De hecho, explicó cómo en sus consultas pide a sus pequeños pacientes que se la retiren puesto que «sus caras le brindan mucha información».
«Es cierto que con los ojos extraes información. Al verle toda la cara, sabes si el niño te está escuchando, si lo que le dices le afecta, si se pone triste o alegre. A nivel profesional, ver la cara de una persona es muy importante», manifestó el pediatra. Según Bonet, lo mismo sucede cuando los niños comparten juegos con otros compañeros. «La comunicación no verbal es muy importante y con la mascarilla se pierde parte de ella», insistió.
Para el especialista hay que recordar que muchos menores han desarrollado problemas en la piel al tener que llevar este elemento de protección durante horas. El hecho de correr, jugar o saltar en el patio les hace sudar y les puede provocar serios problemas dermatológicos.
Comunicación integral
Joana Tur, desde el sindicato STEI, valoró también de manera positiva la retirada de las mascarillas en los patios, sobre todo teniendo en cuenta que las autoridades sanitarias así lo han contemplado. «Ya están con las mascarillas durante muchas horas en las aulas. Es beneficioso para los niños. No somos médicos, pero ellos son quienes lo han valorado y han decidido que es un buen paso, también pensando en el bienestar emocional de los pequeños», dijo Tur.
Desde el sindicato recordaron ayer cómo, nada más implantarse esta medida en las escuelas, muchos docentes buscaban mascarillas transparentes para evitar problemas de comunicación que estaban detectando y para que principalmente los más pequeños pudieran ver al profesor mover los labios.
«La comunicación, especialmente en las edades más pequeñas, es integral y tapar las facciones no puede suponer nunca ningún beneficio. Si además los niños tienen problemas comunicativos, éstos se ven agravados con las mascarillas», lamentaron desde el STEI.
Joana Tur valoró también si la medida puede ser contraria a la hora de evitar más contagios en los centros. En este sentido, recordó que el tema del Covid les ha preocupado «mucho y desde el primer momento», adaptando protocolos a la situación de cada momento.
«En estos momentos se han reducido incluso demasiado y no son homogéneos porque deben producirse muchos contagios en una clase para que la confinen. Al aire libre, parece que no existe tanto esta posibilidad de transmisión. Que no lleven mascarilla en los patios, no creemos que vaya a suponer más contagios de los que pueden producirse en la calle o en los parques», aseguró la portavoz del sindicato.
Elisabeth Esteve forma parte de la plataforma creada a comienzos de curso precisamente para solicitar la retirada de las mascarillas en el patio y durante las clases de gimnasia. ‘Mascareta al Pati No’ logró recoger cerca de 7.000 mil firmas en Baleares para reclamar que los niños no tuvieran que llevar los incómodos tapabocas en espacios exteriores de las escuelas o mientras realizaban actividad física.
Para Elisabeth, «se llega tarde, aunque al menos se ha tomado la medida. Entendemos que es muy importante para los nenes».
Estos padres no acaban de entender que se les haga caso ahora, todavía en plena sexta ola de coronavirus, por lo que no descartaron la existencia de «intereses políticos» detrás de la decisión. «No entiendo por qué ahora sí y antes no», concluyó.
La plataforma redujo su actividad en Navidades, principalmente después de comprobar el sorprendente incremento de contagios que provocó la variante ómicron, también entre los niños de las Pitiusas.
Las familias
También la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (FAPA Eivissa) reconoció ayer su alegría por la retirada de las mascarillas en los patios, «sobre todo por nuestros pequeños, aunque nos ha sorprendido un poco», aseguró la presidenta Pepita Costa.
De hecho, aconsejó que esta medida no debe llevar a la población estudiantil a creer que la pandemia ha finalizado y que se ha recuperado una absoluta normalidad. «Es un paso importante y nuestros hijos estarán contentos», reiteró.
La presidenta recordó que, sobre todo antes de las Navidades, muchas familias de las Pitiusas expresaron sus quejas porque los menores debían llevar las mascarillas también en los patios, mientras que por la calle estaban exentos de su uso. A partir de enero, según Costa, las quejas se pararon en seco con la rápida subida de contagios.
«Siendo coherentes con lo que pasa con el resto de la sociedad, creemos que es una medida adecuada. Los centros no pueden ser lugares aislados y si allí los niños deben llevar mascarilla y fuera no, existe una incoherencia», consideró Costa.
Diferente es para la presidenta que los alumnos, para participar en determinadas actividades, tengan que presentar el pasaporte Covid, por lo menos hasta el 28 de febrero: «Aquí queremos ser muy claros. Consideramos que los menores desde los cinco años deben vacunarse porque se ha demostrado que es una medida muy efectiva y cuanto mayor sea la vacunación, más alto será el nivel de protección. Como federación recomendamos la vacunación infantil».