Después de muchas idas y venidas, aperturas y cierres, por fin el Teatro Pereira, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Ibiza, parece que volverá a recuperar su esplendor dando lustre de paso también a la zona de la Plaza del Parque y el Paseo Vara de Rey venidos bastante a menos desde hace varios años.
Lo hará gracias al acuerdo que ha llegado el Grupo Sirenis con el conocido músico y coreógrafo madrileño Nacho Cano. La empresa se encargará de la gestión integral del teatro y el que fuera miembro de la banda de música Mecano se encargará de la dirección artística.
Según aseguró el Grupo Sirenis ayer por la mañana en una nota de prensa «la intención es poner al alcance de residentes y visitantes una programación artística variada y de gran calidad, recuperando en la medida de lo posible usos tradicionales del establecimiento que se han producido a lo largo de sus casi 125 años de vida». Y es, precisamente aquí donde Cano jugará un papel fundamental «debido a su dilatada experiencia musical y su contrastada capacidad de creación y dirección de eventos musicales de todo tipo y formato con altos estándares de calidad».
Con su nueva apertura, el Teatro Pereira pretende actuar como «un polo de captación y desarrollo de talento artístico» y para ello apostará de forma primordial por la música en vivo «con propuestas innovadoras que generen oportunidades para artistas locales».
Dinamización de su entorno
Para ello, tienen pensado dividir su programación en dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la temporada estival, donde hay mayor volumen de turistas de todas partes del mundo, y que estará destinada fundamentalmente al teatro musical, y por otra los meses de otoño e invierno que se destinarán «a diferentes actividades culturales y recreativas que contribuyan a la dinamización de su entorno más cercano».
Sin embargo, para poder disfrutar con todo lo que tienen preparado aún habrá que esperar algo más de un año. Las instalaciones del Teatro Pereira se encuentran actualmente en un proceso de recuperación arquitectónica y según Sirenis, «se ha producido el reinicio de las obras de rehabilitación a cargo de sus copropietarios, efectuando a su costa y sin participación pública alguna, una singular operación de puesta en valor de patrimonio histórico de Baleares».
Por todo ello, y si no hay ningún imprevisto, está previsto que el teatro «esté en condiciones de empezar a funcionar durante el tercer trimestre de 2023».
El apunte
Teatro, cine y sala de conciertos desde su inauguración en 1899
El Teatro Pereira empezó a construirse en 1897 por la sociedad Sandoval y Cía, creada por Abel Matutes Torres, propietario del solar del teatro comprado al Ayuntamiento de Ibiza 1.000 pesetas, Josep Tarrés Espinal y Mercedes Sandoval y del Castillo. Cada uno invirtió 16.000 pesetas para su construcción a los que sumaron otras 17.000 gracias a la compra de bonos por parte de un centenar de hombres del mundo empresarial, oficios liberales o terratenientes. Finalmente, y aunque el bar se inauguró a finales de 1898 como pone en su frontis, el 6 de abril de 1899 se estrenaron Juan José de Joaquín Dicenta y Sueño dorado de la compañía de Joaquín Carpinell.
Durante años, el bar y el teatro fueron arrendados a empresarios ibicencos como sucedió con el cinematógrafo que en 1918 fue gestionado por Joan Roig Tur y Pere Oliver Tur. En 1921 vivió sus primeras reformas para alargar la sala, llevarse atrás el escenario, reconvertir las gradas de la planta baja en lonjas como las del primer y segundo piso y habilitar la parte alta para clases populares con gradas y bancos corridos de madera. A partir de 1930 ya con capacidad para 450 personas Joan Roig se convirtió en arrendatario único y en octubre de 1931 se pone en marcha el cine sonoro.
Durante la Guerra Civil fue saqueado por los nacionales y hasta 1940 fue lugar de estancia de las tropas de Franco y después, las acciones las compró Pere Matutes Noguera alquilándolo a su hermano Abel y a su socio Francesc Vilàs Planas.
Finalmente, con el paso de los años se transformó en cine manteniéndose así hasta 1987. En 1988 el músico y compositor holandés Eric-Jan Harmsen y su esposa Kees lo reinauguraron como local de conciertos de jazz en la sala del hall del edificio. Durante 30 años, hasta marzo de 2018 cuando cerró, fue uno de los bares más conocidos de la isla, donde se podía disfrutar de música en vivo casi todas las noches del año.