La formación Sindical FS-TES denunció este viernes el «abandono» por parte de la Administración que está sufriendo el colectivo de Técnicos en Emergencias Sanitarias de las Ambulancias de Urgencias de Ibiza y Formentera.
Según indicaron, «lamentablemente», el convenio actual de aplicación lleva caducado desde 31 diciembre del 2017. Hasta ese momento el personal del servicio de ambulancias de urgente era de una concesionaria privada. Añaden que el 1 de abril del 2018 fue la fecha en la que todo el personal de servicio de urgente fue subrogado por el Govern Balear, creando el Servicio de Salud una empresa pública, llamada GSAIB, para gestionar dicho servicio, por lo tanto este servicio pasó de ser privado a público. «Durante estos años, solo hemos tenido contradicciones, falsas promesas y ninguna respuesta coherente, (reinando el silencio administrativo). Llevamos más de cuatro años y seguimos igual, sin respuestas tanto a nivel individual a trabajadores, sin contestaciones a sindicatos y tampoco a los diferentes Comités de Empresa. Desde la empresa GSAIB, solo dicen, que a lo que se refiere a la negociación del nuevo convenio público como otras gestiones importantes, ellos no pueden hacer nada y que todo depende de Función Pública del Govern Balear».
Desde FS-TES advirtieron que los «cuatro años de margen que se ha dado es tiempo más que suficiente para que el Convenio Público GSAIB estuviera negociado, aprobado y en vigor. Desconocemos los motivos por los que la administración demuestra esta dejadez de funciones»
Ante esta tesitura, informaron de que todos los trabajadores están sufriendo las consecuencias. Así expresaron que desde el 2017 tienen congelado el IPC, tanto del salario base como de los complementos. Hay diferencias entre trabajadores que hacen las mismas funciones, dado que dentro de GSAIB, hay varias categorías y obsoletas debido al hecho de no tener un convenio colectivo único, según sostienen. Asimismo, denunciaron las diferencias dentro de la plantilla en materia salarial ya que hay distintos cómputos de horas anuales, con diferentes contratos.
Todo ello, según indicaron, «crea un mal clima laboral, y hace que todo el personal del servicio urgente este molesto, incómodo y con un palpable malestar general».