Abdullah es uno de los miembros de la comunidad musulmana en Ibiza que comenzó la jornada de ayer, su fiesta Eid-al-Fitr, orando junto a los suyos en una de las mezquitas existentes en Ibiza.
Los asistentes se iban diciendo unos a otros «Eid Mubarak», un saludo muy utilizado en jornadas como la de ayer. Tras rezar junto a centenares de compañeros, Abdullah explicó que Eid-al-Fitr es su gran día, una vez ha finalizado el periodo de Ramadán.
«Durante la jornada, desayunamos, comemos y jugamos con nuestros hijos. Es un día para estar en familia, en comunidad», destacó también.
Al igual que cuando comenzó el Ramadán, las familias musulmanas degustaron ayer exquisitos platos y dulces, siendo muy habitual durante la tarde visitar a otras familias para compartir unos momentos de celebración.
Abdullah relató además que, gracias a un acuerdo con el Gobierno, la mayoría de musulmanes pueden librar en sus respectivos trabajos para vivir esta fiesta en familia. También en algunos colegios de Ibiza y Formentera, donde cursan sus estudios numerosos alumnos de religión musulmana, era más que evidente ayer la ausencia de muchos pequeños.
«Este año, estamos muy contentos con la celebración del Ramadán. Ha habido muy buena organización y nos sentimos parte de la comunidad ibicenca. Queremos aportar más e integrarnos. Vamos poco a poco y estamos en el buen camino», concluyó Abdullah, quien recordó que en dos meses van a vivir también otra de sus grandes celebraciones: la Fiesta del Cordero.
Otros vecinos de Ibiza como Abdulaziz han podido viajar a sus ciudades de origen para celebrar Eid-al-Fitr con los suyos. Incluso, dos ibicencos como Salahuddin Costa y su compañero Ismael vivieron ayer esta celebración en la ciudad de La Meca, en Arabia Saudí, lugar al que peregrinaron hace unas semanas.
Desde principios de abril
El Ramadán está considerado como uno de los Cinco Pilares del Islam y, entre sus preceptos, destaca el ayuno que los musulmanes tan solo rompen cuando se esconde el sol. La población musulmana en Ibiza y Formentera comenzó este periodo a principios de abril. Debido a la pandemia, llevaban dos años sin poder reunirse para orar.
«Una semana antes o dos ya comenzamos a preparar los dulces, aunque todo el día en ayuno, tampoco puedes después comer cualquier cosa. Hay que comer algo de dulce porque da más energía, también sopa», explicó hace un mes Abdulaziz, vecino de Santa Eulària.
Desde Sant Antoni, musulmanes como Farid destacaron la hospitalidad de su comunidad animando a todos a visitar su nueva mezquita. Tras quedarse pequeño su anterior lugar de culto, pudieron comprar el bajo de un local y acondicionarlo como mezquita. Este año, han podido unirse en los rezos y, por primera vez, sin restricciones de aforo.
«A nivel espiritual, uno quiere mejorar durante este mes. Comenzamos también a ayunar durante algunos días en los meses anteriores al Ramadán. Nos vamos concienciando para que, cuando llegue, podamos seguir mejorando en este sentido. Es una oportunidad más para que un siervo de Dios pueda purificarse de sus malas acciones y pensamientos. Según el Profeta, es el mes de la misericordia y el perdón de Dios», concluyó.
La próxima gran celebración para esta comunidad tendrá lugar dentro de 70 días con la Fiesta del Cordero.