La Plaça de Sa Riba del Puerto de Ibiza acogerá este viernes día 15 a partir de las 22.00 horas uno de los conciertos más esperados por los nacidos y residentes en Ibiza desde hace décadas, el esperado regreso de Ressonadors después de tres años. Algo que será posible gracias a los actos de conmemoración del centenario de la Confraria de Pescadors de la ciudad.
Joan Barbé es, junto a Omar Gisbert, uno de los impulsores de este proyecto que durante más de una década consiguió que distintas generaciones de pitiusos conocieran y recuperaran como suyos poemas y textos relacionados con su tierra que parecían perdidos gracias a versiones en las que participaron decenas de músicos de la isla. En la memoria han quedado además conciertos inolvidables donde consiguieron llenar el Recinto Ferial de Ibiza o el Parque Reina Sofía con casi 6.000 personas y canciones que se han convertido en verdaderos himnos para la isla de Ibiza.
— Según se comenta por las calles y viendo por las redes sociales, el de este viernes es uno de los conciertos más esperados de los últimos años por la gente de Ibiza. Con su experiencia… ¿hay nervios o como lo lleva?
— Pues lo llevo bien porque no sé si es el mal del productor, del promotor o del músico pero aún tenemos ciertas dudas de si la gente responderá o no después de tres años de parón de Ressonadors y después del coronavirus. Siempre hay ciertas dudas de ver si después de 14 años el globo de Ressonadors se ha desinflado un poco… que esperemos que no (Risas).
— No lo parece… entre otras cosas porque después de dos años muy malos se ha demostrado que hay muchas ganas de disfrutar al aire libre…
— Eso sí. Por eso esperamos que la gente venga y se lo pase bien que viniendo de dónde venimos es muy necesario. Y que, por supuesto, se haga con precaución.
— ¿Cómo se han organizado? Sus conciertos no son como los tradicionales…
— Eso es verdad. No es como lo de otros grupos donde se escoge un repertorio, se ensayan y se cantan. Aquí todo es distinto porque cada canción la canta un amigo y hay que contactar con ellos y ver si están disponibles para subir al escenario y eso en los tiempos que corren no es sencillo.
— ¿Y nos puede adelantar algo?
— Como siempre habrá muchas sorpresas pero sí que puedo garantizar que estarán la mayoría de sospechosos habituales y que nadie a va a echar en falta las canciones de siempre y que se será un concierto muy emotivo y divertido.
— Tras los conciertos que ha hecho ya de Ressonadors… ¿Este es el más especial por lo que significa de volver a los escenarios?
— Uno de ellos sin duda. Es cierto que desde hace tiempo ya nos rondaba por la cabeza volver a juntarnos pensando que sería bonito después de todo lo que ha pasado pero necesitábamos encontrar un hecho especial para hacerlo. Algo que lo hiciera realmente especial y creo que el centenario de la Confraria de Pescadors lo es.
— Además, parece que los formatos de conciertos actuales, con formato más reducido, desvirtúan un poco la idea del proyecto…
— Si algo tiene de bonito Ressonadors y por lo que nos recuerda el público es por ser un concierto a lo grande. Una gran fiesta con muchos amigos y cantantes sobre el escenario, cada uno interpretando una canción y eso podría quedar desvirtuado si cambiábamos el formato.
— Y siempre muy apegados a su tierra, Ibiza y Formentera.
— Sin duda. Eso es innegociable. Todos los conciertos de Ressonadors han sido especiales porque han estado relacionados con algo importante para las Pitiusas, tanto histórica como culturalmente, y la Confraria de Pescadors lo es porque ellos han formado parte de nuestra vida cotidiana y no seríamos nada sin ellos.
— ¿Cree que Ressonadors ya forma parte de la historia de Ibiza?
— Creo que soy el menos indicado para responder a esa pregunta. Entrar en la historia de España, de tu pueblo o de tu barrio es algo que tiene que decidir el público y aún tiene que pasar más tiempo que los 14 años que llevamos nosotros.
— Pero han hecho cosas que nadie había hecho hasta el momento…
— ¿Sacar un concierto en formato dvd o ser un grupo local que llenó el Recinto Ferial o el Parque Reina Sofía? Eso es cierto y en algunas ocasiones superamos las expectativas pero al final no seríamos nada sin el público que ha hecho suyas nuestras canciones.
— ¿Cuál fue el secreto para que consiguieran tanto éxito?
— No sé si hay secreto pero sí creo que la clave fue el cariño que se le puso desde el primer día al proyecto. La honradez con la que se trabajábamos por difundir nuestra cultura y nuestra historia cada vez que nos juntábamos y que no ha cambiado a pesar de que llevemos tres años sin dar un concierto.
— ¿Y cómo se le queda el cuerpo al ver que canciones en ibicenco recuperadas por Ressonadors forman parte de distintas generaciones?
— Realmente nada de esto hubiera sido posible sin el trabajo tan increíble que hizo UC. Ellos comenzaron a rescatar las canciones anónimas y tradicionales ibicencas que se habían perdido y las transformaron en canciones. De hecho nosotros bebemos de su legado porque después cogimos muchas de ellas y las versionamos en otro formato que hicieron que llegaran a más gente aún.
— Después de este tiempo, ¿Qué es lo más bonito que le ha dado Ressonadors?
— Muchísimas cosas. Sería complicado quedarse con algo en especial. Pero tal vez saber que mucha gente se ha casado en Ibiza mientras sonaba en su boda alguno de nuestros temas, escuchar como todo el mundo se unía en un concierto para cantar juntos Jo tinc una enamorada o que profesores de colegio o de instituto nos sigan mandando vídeos en los que chicos extranjeros o de la península están cantando algunas de nuestras canciones en ibicenco. Eso emociona mucho.
— Y ya la última… ¿no les han propuesto hacer algo parecido en otros lugares de España? Creo que tendría un gran éxito.
— Es cierto que hemos tenido propuestas de distintos sitios para hacer algo parecido pero creo que no funcionaría igual. La gracia de Ressonadors es que no nació como un encargo sino como algo que surgió de dentro y que ha funcionado por el cariño que se puso desde el primer día por recuperar nuestra cultura y nuestra historia. Si hubiera sido un simple encargo no hubiéramos durado ni un solo año.