El periodo de rebajas no está ayudando en nada a los comerciantes de la avenida de Isidor Macabich directamente afectados por los trabajos de remodelación de esta vía. Solo uno de los empresarios consultados por Periódico de Ibiza y Formentera aseguró no haber notado una bajada de clientes excesiva. El resto denunció una temporada de rebajas «muerta»y una previsión de descenso de ingresos de más de 30.000 euros para este año por culpa de las obras promovidas por el Ayuntamiento de Ibiza, gobernado por el socialista Rafa Ruiz.
Una de las comerciantes más indignadas por esta situación fue Adelaida Molina, cuya boutique lleva abierta más de tres décadas en esta ubicación. «Nosotros perdemos un mínimo de 100 euros al día y eso le sucede a todos los comerciantes de esta calle», explicó, «esto significa 24.000 euros pero la media está en unos 31.200 euros de pérdidas este año, de ventas que no hemos podido hacer por culpa de las obras». Molina calificó de «vergonzoso» que el Ayuntamiento haya anunciado una reducción del 50% en los impuestos municipales para estos comercios pues, afirmó, «dejar de pagar ciento y pico de euros a mí no me va a ayudar cuando voy a perder más de 30.000 euros».
Adelaida Molina explicó que, por culpa de los trabajos, «apenas pasa nadie por la calle». «Si a ello le sumamos que han quitado los árboles y que, por las mañanas, el sol da de pleno en esta acera, ya me dirás quién va a venir a comprar», lamentó. Y mostró, además, su indignación por las palabras del socialista Ruiz asegurando que el Ayuntamiento decidió emprender las obras al inicio de la temporada turística porque los comerciantes prefieren salvar la campaña de Navidad. «¡Eso no es verdad!», indicó Molina, «¿quién es el tonto que va a preferir una campaña de 20 días como es la de Navidad en lugar de la temporada turística, que son seis meses?». «Lo que tiene que hacer Ruiz», concluyó, «es venir aquí, hablar con la gente y ver lo que está pasando. Eso no lo ha hecho nunca y me temo que no lo hará».
Indignación mostró también el propietario de Tejidos Escandell, Antonio Escandell, quien aseguró que la temporada de rebajas de 2022 está siendo «peor que nunca» para su establecimiento por culpa de las obras. Escandell calificó de «desastre» la decisión del Ayuntamiento de hacer coincidir estos trabajos con la temporada turística y subrayó la incoherencia de que esta remodelación esté pagada con el dinero público que aportan «los que más afectados» se están viendo por los mismos.
Antonio Escandell, que admitió que sus pérdidas este 2022 superarán los 30.000 euros, señaló también que la rebaja de impuestos acordada por el Consistorio solo sirve para que el Gobierno de Ruiz «se ría» de los comerciantes. «Quieren reírse de nosotros», abundó y describió la remodelación en sí como «una tomadura de pelo». Cuestionó, sobre todo, que buena parte de estos trabajos esté destinada a la creación de un carril-bici que, recordó, «nadie había pedido en Ibiza». «¿Cuántas bicis hay en Ibiza?», se preguntó, «¿quién va a usarlo? Han quitado muchísimos aparcamientos y esto también nos afecta. Parece que quieren convertir Ibiza en Holanda y las cosas no son así». Sus críticas se dirigieron también hacia el trato que, al parecer, está dando el Consistorio a estos empresarios. En este sentido, relató que acudió a la primera reunión convocada por el Ayuntamiento con los comerciantes para explicarles el proyecto: «Yo pensé que iba a una reunión en la que podríamos hablar y me encontré a unos políticos diciendo que iban a hacer las obras tanto si queríamos como si no. Así que me levanté y me fui. No he ido a las otras dos reuniones que han convocado porque es una dictadura pura».
Molesta, aunque más optimista, se mostró también la encargada de la tienda de ropa infantil Charanga, Tamara Salmoral. «Las rebajas están siendo muy flojas», explicó, «pero no sé si es solo por las obras o porque los precios han sido mucho y al gente prefiere gastar el dinero en otras cosas. Al fin y al cabo, en verano, con dos cositas para los niños es suficiente». Sin embargo, sí criticó que los trabajos la obligan a incrementar la limpieza en su establecimiento. «El polvo entra todo el rato y se pega a la ropa», señaló, «y, aunque estés pendiente, siempre se te puede quedar algo ahí y los clientes no quieren llevarse ropa manchada».
La única comerciante que se mostró optimista con los resultados de la campaña de rebajas fue la responsable de Trazos, Ana Vitores. Admitió que las obras le generan problemas por el ruido «insoportable» y el polvo pero, en su caso, la clientela con la que trabaja es «de toda la vida». «La campaña va bien», señaló, «aunque es verdad que va por días. Las ventas están siendo irregulares pero no me puedo quejar».
La preocupación, sin embargo, se extiende a lo largo de la avenida. En el Bazar Centro, Susan Ye Chen, no valoró cómo va la campaña de rebajas porque tienen «pocos artículos rebajados ahora mismo». Sin embargo, sí mostró su «preocupación» por el momento en el que las obras lleguen a la zona en la que se encuentra su establecimiento. «Ya hay menos clientes por culpa de esto y también notamos el ruido y el polvo», señaló esta comerciante, «así que supongo que nos afectará como al resto. El problema es que no podemos hacer nada para evitarlo».