Una nueva zona de la ciudad de Ibiza se levanta contra la gestión que el socialista Rafa Ruiz está llevando a cabo desde el Ayuntamiento. En esta ocasión, son los integrantes de la Asociación de Dalt Vila, formada por restauradores y comerciantes, los que acusan al alcalde y a su equipo de Gobierno de no cuidar de este barrio declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1999. Aseguran que la situación es «insostenible» y que este año, que debía ser el de la recuperación tras la pandemia, «está siendo horroroso».
Fuentes de la entidad han explicado este martes que han elaborado un documento con todas sus denuncias con el objetivo de presentarlo ante Ruiz y los concejales Elena López y Pep Tur. «La situación es insoportable», señalaron y relataron problemas como la falta de espacios sombreados en el barrio, la presencia masiva de cucarachas y ratas, la escasa limpieza, la inseguridad y la poca atención que presta la Policía Local a esta zona.
«No existe ningún tipo de mantenimiento del alcantarillado en el barrio», añadieron. Y explicaron que son los mismos comerciantes y restauradores los que corren con el gasto de mantener la limpieza de estas infraestructuras. «La suciedad en Dalt Vila es permanente», lamentaron las mismas fuentes, «aquí las cucarachas salen de manifestación cada noche».
La falta de aparcamientos en Vila, por otro lado, está afectando gravemente a estos comercios y restaurantes. Según explicaron desde la asociación, los clientes, «si no pueden aparcar cerca, prefieren irse a otro sitio». Las cancelaciones de reservas se han convertido «en la norma» en esta temporada. «¿Cómo pretenden que alguien vaya a aparcar al parking del Ikea y que luego suba caminando y con tacones hasta Dalt Vila para cenar?», preguntaron. La opción del aparcamiento privado de es Pratet no les sirve porque, denunciaron, «los precios son demasiado caros». «Si vienes a cenar a Dalt Vila y luego tienes que pagar 30 euros del parking, te lo piensas», señalaron las mismas fuentes.
Esta falta de zonas de aparcamiento ha tenido como consecuencia, indicaron desde la asociación, que «la gente de clase media ya no quiera venir a la ciudad». «Ahora lo que tenemos son turistas de tipo mochilero que no consumen», añadieron.
No quedaron ahí las críticas. Y es que, denunciaron, «entre las 20.00 y las 00.00 horas es imposible conseguir un taxi para llegar aquí o salir del barrio». Algo que también está perjudicando a estos negocios, como también lo está haciendo la cada vez más elevada inseguridad en el barrio, según relataron. «Está todo hecho un desastre», concluyeron, «nunca habíamos visto la ciudad tan mal como ahora».
El apunte
las próximas elecciones os invito a que sigáis votando al inutil del Rafita.