Los hoteleros de Talamanca están viviendo uno de sus veranos más complicados para el sector, y no precisamente por las secuelas de la pandemia en el turismo sino por la acumulación de praderas de posidonia que hay en la bahía de Talamanca. «Las algas secas acumuladas en la orilla impiden el baño y generan mal olor desde primera hora de la mañana», destacó Joanna Ramonell, directora de marketing del Nobu Hotel Ibiza Bay, mientras señalaba los grandes montones de esta planta marina justo enfrente del solario del alojamiento.
Un lugar privilegiado en la bahía de Talamanca, con piscina, zona de hamacas y camas balinesas, que tiene como horizonte la acumulación de restos de «posidonia en putrefacción». Sin ir más lejos, según Ramonell, muchos clientes han decidido perder la reserva y buscar otro hotel en Ibiza que esté libre de «malos olores».
«La dejadez municipal nos está perjudicando mucho este verano. La capa de residuos en descomposición ha ido aumentando esta temporada debido a los temporales y lo único que ha hecho Vila ha sido mover unos metros las grandes montañas de posidonia», explicó Ramonell con semblante de disgusto mientras observaba la playa completamente vacía. «No podemos disfrutar de este lugar privilegiado. Es una pena que Talamanca esté en este estado», señaló Nuria, una turista de Barcelona.
Plan de ejecución
En este sentido, los hoteleros de Talamanca exigen a Vila un plan de ejecución en condiciones que permita solucionar este problema de una forma que no perjudique al medio ambiente, retirando la posidonia con maquinaria específica e impactar lo menos posible sobre el litoral de la playa.
«Las playas tienen que estar libres de restos y limpias de mayo a octubre. Durante esos meses tienen que estar impecables porque nosotros vivimos del turismo. Por este motivo, reclamamos que para el año que viene el Ayuntamiento planifique mejor la limpieza de las playas y no se quede a medias», subrayaron. Cabe recordar que la acumulación de posidonia oceánica y de otros restos se lleva denunciando desde hace tiempo en la bahía de Talamanca, puesto que está perjudicando la temporada turística pese a las perspectivas halagüeñas de hace unos meses. Unas quejas del sector hostelero y hotelero que sirvieron para que la maquinaria pesada empezara a retirar estas grandes montañas.
No obstante, según Martín González, trabajador del Chiringuito Chambao, la limpieza en esta zona de Talamanca se ha retrasado en detrimento del sector turístico.
«Muchos turistas se quejan cada día de la presencia de posidonia, pero especialmente del olor fétido que desprenden al pudrirse», subrayó este empleado a Periódico de Ibiza y Formentera.
Al mismo tiempo, explicó que para compensar a los clientes descontentos, la empresa les ofrece la posibilidad de invitarles a algún tenpempié. «Trasladaron esas dos montañas de restos marinos aquí desde la orilla», explicó Martín mientras señalaba ambos montones colocados a tres metros del local.
Aguas turquesas
En este sentido, Ramonell señaló que los turistas se sienten «engañados» al llegar porque cuando piensan en la isla se imaginan disfrutando de las aguas turquesas que ofrece Ibiza y no vaticinan este «panorama». «Vendemos un hotel que está en la orilla de la preciosa bahía de Talamanca. Es una pena esta situación», explicaron los hoteleros de la zona.
En la misma línea se mostró este viernes la presidenta de la Asociación de Vecinos de Talamanca, Ana Lledó. Esta mujer, que lleva mucho tiempo luchando por la recuperación ambiental y regulación del fondeo en la bahía de Talamanca, subrayó que siguen reclamando soluciones al agónico estado del mar, entre otras peticiones.
Sin ir más lejos, explicó que desde la entidad han enviado «miles» de correos electrónicos a la Demarcación de Costas denunciando la situación límite con los fondeos ilegales y la presencia de vertidos en esta zona. No obstante, criticó que las instituciones se «pasan la pelota».