Tony Truman y Duane Lineker son socios y responsables de O Beach Ibiza. Este año celebran el décimo aniversario de la apertura de este local, que ha supuesto un cambio de paradigma en el concepto de fiesta diurna en Sant Antoni.
—O Beach Ibiza cumple su primera década de actividad. ¿Se consideran unos de los pioneros en el sector de la fiesta diurna?
T.T.—Yo no diría que somos los pioneros en este sector. Antes que nosotros estaba el Ushuaïa original o el Nassau. Funcionaban muy bien. De alguna manera, nosotros sí que fuimos los primeros en ofrecer una fiesta de beach club los siete días de la semana.
D.L.— Yo tampoco lo llamaría beach club. De hecho, no estamos en una playa. Lo que ofrecemos es una fiesta con piscina y restaurante, algo más cercano al concepto de pool-party.
T.T.—Tampoco podemos decir que fuéramos pioneros en este sentido. En Ibiza ya había discotecas que tenían piscinas y, de alguna manera, ya celebraban pool parties. Yo diría que la verdadera pionera, en ese sentido, fue la discoteca Ku muchos años antes. Tengo unos recuerdos magníficos de esta discoteca en 1993. Era un lugar increíble y siempre soñé con llegar a hacer algo parecido.
—Y el sueño se convirtió en realidad. Sin embargo, sus fiestas no se parecen a las de los locales que han enumerado antes. ¿En qué se basaron para desarrollar su concepto?
D.L.—Se trata de un concepto de fiesta que ya era bastante conocido en otros lugares como Miami, Las Vegas u otras ciudades de Europa. En Ibiza ya existían lugares como los que te he dicho antes, pero pensamos que se necesitaba un concepto de fiesta algo más tranquilo, enfocado en la música y con elementos artísticos integrados en los eventos, todo concentrado en un mismo lugar.
—Durante esta década habrán pasado distintos momentos. ¿Cuáles han sido los más gratificantes?
D.L.—Las fiestas de los opening y de los closing son de lo más gratificante. Estas fiestas significan, por un lado, la ilusión de comenzar una nueva temporada con toda la ilusión que eso implica. Por otro lado, los cierres representan el culmen y la celebración del trabajo realizado durante todo el verano. También suponen el principio de la temporada de descanso, de estar con uno mismo y reflexionar sobre la temporada pasada y la que está por venir.
T.T.—De lo más gratificante para mí, probablemente haya sido ver cómo, año tras año, íbamos sobreviviendo en este mercado tan difícil y con una competencia muy dura, con grandes empresas detrás. Pero debo decir que uno de los momentos más gratificantes, sino el que más, ha sido el arranque de esta temporada, tras dos años muy duros y estresantes por culpa de la pandemia del Covid-19. Fue un verdadero placer abrir esta temporada sin restricciones, viendo a la gente bailando, disfrutando y divirtiéndose. Sin duda, el opening de la temporada 2022 ha sido el más gratificante.
—¿Cuáles han sido los más difíciles?
D.L.—Yo tengo que reconocer que lo pasé realmente mal justo antes de abrir. Era todo muy difícil y estresante. Preparar un nuevo concepto, algo que no se hubiera visto antes, fue duro. Los días antes de la apertura fueron de los más estresantes que recuerdo.
T.T.—Sin duda, el momento más difícil en estos 10 años fue el verano de 2020 con la pandemia. Fue extremadamente difícil. Las normas y restricciones respecto al virus cambiaban cada día. Nunca sabías a qué te atenías, si solo podía haber dos personas juntas, si seis, si ocho o si diez. Nada de grupos de más de 20, nada de pistas de baile. El mundo no estaba preparado para nada parecido, no poder desplazarte, no poder socializar... imagínate en un lugar como Ibiza.
—Creen que está cambiando la tendencia de la fiesta nocturna para trasladarla a un horario diurno como el que ofrecen ustedes?
D.L.—Hay que reconocer que es una tendencia que está aumentando a nivel global. No solo en Ibiza. En cualquier lugar puedes comprobar como van proliferando las fiestas en los brunch, se celebran champagne-brunches o e incluso los champagne breakfast. Es una tendencia que cada vez convence a más gente que sabe lo que es pasar una larga noche y después tener que levantarse por la mañana a trabajar. Por eso prefieren tomar algo por la tarde y, sobre las 22.00 horas o las 23.00 horas, estar ya listos. Sin embargo, si miras el éxito que han tenido esta temporada la práctica totalidad de las discotecas nocturnas, que han batido récord este año, puedes deducir que hay espacio para todos. En Ibiza debe haber espacio para la fiesta de noche y para la fiesta de día; son complementarias. En Ibiza tenemos la suerte de disponer de todo un abanico de activos para todo tipo de público. Desde el que quiere venir a la playa y tener unas vacaciones relajantes, hasta el que quiere venir de fiesta a divertirse. También hay una oferta variada de hoteles, desde los de cinco estrellas a los más asequibles. Ibiza ofrece unas vacaciones increíbles a cualquiera que venga, sean cuales sean sus prioridades, sin necesidad de que compitan unos conceptos con otros.
T.T.—La fiesta diurna no es algo realmente nuevo en Ibiza. Siempre ha habido; ahora está en lugares como O Beach Ibiza o Nassau. Recuerda también que Es Paradís celebraba en los 90 su fiesta del agua en horario diurno. Piensa que hay night clubs en cualquier ciudad europea, lo que no existe en todos los lugares son beach clubs que puedan ofrecer fiestas diurnas como ocurre en Ibiza. De todas maneras, Ibiza se está convirtiendo, durante los últimos años en un destino cada vez más familiar. No se trata de un destino solo para gente joven que solo quiere venir de fiesta. Ibiza es un lugar adecuado, tanto para personas de siete años como para las de 70. Tal vez eso sea una de las cosas buenas que nos ha traído la pandemia: demostrar que Ibiza es un destino no solo para venir de fiesta sino un lugar en el que disfrutar de sus rincones maravillosos, de una gastronomía espectacular o de un mar alucinante para navegar. Es mejor que cualquier resort de Europa. Un lugar que te acoge sin importar tu nivel económico.
—¿Cómo valoran esta década de actividad?
D.L.—Para mí ha supuesto un aprendizaje continuo día tras día. Tony viene del mundo de las fiestas, con una gran experiencia en el sector. Yo venía de llevar bares y cosas por el estilo. Por eso, organizar algo de estas dimensiones, tenemos 350 empleados, ha supuesto un gran reto. Desarrollar un gran proyecto como este y llegar hasta donde hemos llegado ha supuesto un gran aprendizaje para mí.
T.T.—También ha sido un gran aprendizaje para mí. Además, he tenido la oportunidad de conocer a una gran cantidad de gente y de hacer grandes amigos durante este camino. Aprender es lo que no hemos dejado de hacer durante estos años, incluidos los de la pandemia.
—¿Qué diferencia a O Beach Ibiza de otros establecimientos de ocio diurno?
T.T.—Nosotros no nos fijamos en lo que hacen los demás. Seguimos nuestra filosofía. Nosotros tenemos una oferta propia, hacemos algo bonito y agradable. No ponemos el foco en los promotores o en los dj. Celebramos la música sin pretender educar a la gente en ese sentido. Aquí puede disfrutar cualquiera, independientemente de que sean millonarios o no. Es pura diversión.
—¿Ha cambiado mucho Sant Antoni en estos años?
D.L.—Sí. Durante este tiempo hemos visto cómo ha cambiado. Al principio había una cultura muy distinta a la que hay ahora. Durante muchos años se han venido ofreciendo plazas hoteleras baratas, lo que atrae al turismo barato. Afortunadamente, esto está cambiando últimamente.
T.T.—Efectivamente, Sant Antoni se ha venido lavando la cara durante estos últimos años. Ha sido una labor en la que también han colaborado los distintos negocios, la calidad de los restaurantes, por ejemplo. Ha sido una transformación realmente buena. Transformación de los restaurantes y sobre todo de la planta hotelera; los hoteleros son una parte importante para el cambio de modelo turístico.
—¿Qué planes tienen para el futuro?
T.T.—Hemos estado creciendo mucho en Ibiza durante estos años y siempre estamos mirando más allá. Empezamos con dos o tres negocios y ahora ya tenemos unos 15 o más. Pero siempre concentrados en Ibiza. Siempre procurando que sean beneficiosos para la comunidad. Diversificar siempre es bueno, aunque eso suponga tener que soportar más dolores de cabeza. Es verdad que estamos estudiando la posibilidad de expandirnos; Dubai o Mallorca serían algunos de los posibles lugares. De esta manera también podemos seguir dando trabajo a nuestro personal más allá de la temporada de verano.
D.L.—Estamos apostando fuerte en el sector gastronómico. Sin ir más lejos, este mismo año hemos abierto tres restaurantes de un nivel medio-alto y es probable que abramos otro más. Esto está siendo posible gracias a lo que estábamos hablando hace un momento, la apuesta de Sant Antoni por un turismo de mejor calidad. Sin duda, ha sido un gran año de expansión para nuestra compañía.
—¿Cómo valoran esta temporada?
T.T.— Esta temporada ha sido única y, personalmente, considero que ha sido irrepetible. Tras estos dos años llenos de restricciones todo el mundo estaba hambriento de vacaciones sin restricciones, de nigthclubs de beach clubs...
D.L.—Así es. Supongo que, durante las próximas temporadas veremos cómo se estabiliza, pero la realidad es que esta temporada, todavía estábamos en mayo y ¡wow!, ya estaba todo a tope. Ha sido un año realmente increíble e irrepetible.
—Han hablado de su apuesta por la gastronomía con la apertura de varios restaurantes, ¿Cuáles son?
T.T.— Tenemos varios. El STK en Ibiza, el Chi Kee Wun, un restaurante de cocina fusión japonesa (donde hacemos un 10% de descuento a los residentes), tenemos también dos The Skinny Kitchen, uno en Figueretes y otro en San Antoni, la Taberna Cebo o el Okasan, que abrimos este julio al lado del Puerto de Sant Antoni.