El auditorio del edificio polivalente de Cas Serres se ha vestido este lunes de gala para rendir homenaje a la figura del filósofo y pensador Antonio Escohotado con motivo del primer aniversario de su muerte.
Ha sido con un emotivo acto organizado por el departamento de Cultura del Consell d'Eivissa en el que se han proyectado distintas piezas audiovisuales protagonizadas por él durante sus últimos días en la isla y en el que han estado presentes su hijo Jorge así como distintos amigos como el empresario Manolo Sáenz Heredia o el escritor Fernando Sánchez Dragó.
Escohotado, que falleció en la Policlínica del Rosario el 21 de noviembre de hace justamente un año a los 80 años tras sufrir un fallo multiorgánico, siempre mantuvo una amplia relación con Ibiza desde que se alojara por primera vez en una cabaña de madera de Pou des Lleó y que para siempre quedó inmortalizada, entre otras cosas, en la creación de la discoteca Amnesia, en su ensayo Mi Ibiza privada o en su tumba, que reposa en el cementerio de Santa Agnès. Además, tal y como confirmó el director insular de Cultura, Miquel Costa, «contribuyó a que el nombre de la isla fuera reconocida como un oasis de paz y libertad».
Deuda pendiente
En este sentido a la entrada del acto el filósofo y escritor Fernando Sánchez Dragó y amigo de Escohotado confirmó a Periódico de Ibiza y Formentera que su presencia en el acto se debe una deuda pendiente tras no haber podido acudir a su cumpleaños debido al coronavirus.
Además, aseguró que fue uno de sus amigos «determinantes» en su vida a pesar de que fue una amistad tardía, conociéndose en 1975 «para acabar compartiendo prácticamente todo tanto en la parte pública como privada».
Por último, calificó la aportación al panorama cultural español como «colosal» y lo definió como uno de los grandes filósofos españoles del siglo XX y XXI junto a Ortega Gasset o Gustavo Bueno. «Ser filósofo es estar un peldaño por encima de los pensadores y cuando hablamos de Escohotado hablamos de un heraldo de la era de la filosofía griega con obras colosales, ninguna menor, como La historia general de las drogas y La historia general del comercio».
«El hombre más libre»
El acto empezó con la presentación del cuadro pintado por el artista que trabaja en Ibiza Ariel acompañado de la hipnótica música de Dennis Hartmann, músico y primer técnico que tuvo la discoteca Amnesia cuando la creó Escotado, y la proyección de unas imágenes del pensador y filósofo mirando el mar y disfrutando de su estancia en la isla.
A continuación fue el turno de la consellera de Cultura y Patrimonio Sara Ramón que calificó a Escohotado «como un espíritu libre que marcó la historia reciente de Ibiza, transformando la isla que convirtió en su hogar, y viviendo el cambio que experimentó con la llegada del turismo de masas a finales de los setenta y principios de los ochenta».
Además, agradeció su contribución «para que sigamos siendo un referente de libertad gracias a que nunca se ponía límites escribiendo con normalidad de temas que podían parecer tabués». De hecho, tal y como concluyó Ramon, «vivió 15 años en Ibiza y siempre acababa encontrando esa parte que le atrapó y que le trajo a marcharse de forma serena y tranquila».
Inmediatamente después fue el turno del economista, productor, bloguero y colaborador en medios de comunicación Jesús Bengoechea, autor de la definición de Escohotado como «el Clint Eastwood de la filosofía» y quién emocionó al público leyendo un texto que ha publicado en redes sociales otro periodista conocido del homenajeado, Jano Blanco. Un texto, que concluyó con la rotunda afirmación «de que era sin duda el hombre más libre de este país».
Documental y coloquio
Tras las intervenciones se dio paso a un documental de su vida de unos 55 minutos y que reflejaba la parte más irreverente, divertida y desconocida de Antonio Escohotado.
Finalmente, el acto concluyó con una charla entre su hijo Daniel y amigos como Sánchez Dragó y Manuel Sáenz de Heredia, una canción compuesta por Alex Escohotado, uno de los hijos del homenajeado, y otro pequeño documental sobre el proceso de grabación e inspiración de la canción de La guerrilla de la concordia a cargo del cantautor uruguayo Jorge Drexler.